Israel prorroga el alto el fuego por 48 horas
La aceptación por el Gobierno de Tel Aviv de un nuevo alto el fuego de 48 horas de duración que entró en vigor ayer a mediodía, ha dado al emisario norteamericano para Oriente Próximo, Philip Habib, un respiro para seguir negociando, mientras el Ejército israelí se instalaba a lo largo de la llamada línea verde que separa al sector occidental de Beirut, controlado por los palestinos y libaneses progresistas, del oriental, en manos de las milicias cristianas.Trocedentes de las colinas del palacio presidencial de Baabda y guiados por las fuerzas cristiano-conservadoras y por elementos del Ejército libanés, decenas de carros de combate y vehículos blindados israelíes tomaron ayer posición, junto a sus aliados, a lo largo de la línea de demarcación, wtan sólo doscientos metros de los primeros puestos de control de la Fuerza Arabe de Disuasión (FAD), integrada por soldados sirios, sin que se produjese el menor incidente.
Esta primera entrada masiva, desde la fundación del Estado hebreo, del Ejército de Israel en una capital árabe se desarrolló pacíficamente en medio de la aparente indiferencia de la población árabecristiana, algo molesta, sin embargo, por las perturbaciones que causaba al tráfico el paso de los carros blindados.
Horas antes del despliegue israelí en Beirut este, el régimen de Damasco había rechazado una petición del presidente libanés, Elías Sarkis, solicitándole que retirase a sus tropas de la capital, ya que el Ejército regular de Líbano proyectaba entrar en ella para desarmar a palestínos y milicias progresistas libanesas, informaron fuentes solventes.
Damasco fundamentó su rechazo en la necesidad de reunir una cumbre árabe, única instancia competente para decidir la evacuación de sus mil soldados aún estacionados en Beirut, así como en la escasa autoridad de Elías Sarkís para pedir la retirada siria cuando su palacio presidencial está prácticamente ocupado por el Ejército invasor.
La proximidad física de tropas sirias e israelíes y la no inclusión de las milicias cristianas falangistas en la nueva tregua hacen temer a los observadores la multiplicación de incidentes que desembocarían en la creación de un nuevo frente al este del sector occidental de Beirut.
De momento, a pesar de los duelos de artillería registrados en el transcurso de la noche del jueves al viernes al sur de Beirut, donde se encuentra el principal campo de batalla, la dirección de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) envió refuerzos al Este y ordenó la construcción de barricadas y fortificaciones para hacer frente a un eventual ataque por ese lado.
Mientras el Comité de Salvación NaCional libanés, formado para hacer frente a la crisis, no consigue reunirse por falta de acuerdo sobre las personalidades que deben integrarlo, los diversos grupos que componen la OLP discuten hasta dónde pueden llegar en sus concesiones.
Yasir Arafat, líder de la OLP, intentó contrarrestar el efecto desmoralizador para sus fedayín de la declaración del jueves de su consejero Haní el Hassan, que aceptó públicamente la posibilidad de que los palestinos tuviesen que entregar las armas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.