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Ruiz-Giménez, propuesto como candidato a Defensor del Pueblo, con 7 votos en contra y 18 en blanco

Joaquín Ruiz-Giménez es, desde ayer, el candidato oficial para convertirse en Defensor del Pueblo, tras aceptar la Comisión Congreso-Senado, por veintidós votos favorables, la propuesta formulada por el presidente de la Cámara baja, Landelino Lavilla, para cuya aprobación bastaba la mayoría simple. Sin embargo, los s iete votos negativos de CD y los dieciocho en blanco de UCD obtenidos por Ruiz-Giménez anticipan las dificultades para que el candidato supere la barrera de los 208 votos. Lavilla expresó a EL PAIS su esperanza de que esta votación sea unánime y se realice antes de fin de mes.

Las dificultades para que esta previsión se convierta en realidad derivan no sólo de las dificultades políticas de la elección, sino también del juego de plazos establecido en la Ley orgánica del Defensor del Pueblo. Tras la propuesta acordada ayer por la Comisión Congreso-Senado, el Pleno del Congreso no podrá celebrar la elección hasta pasados diez días, es decir, como muy pronto, el próximo lunes, 28 de junio. Para la ratificación por el Pleno del Senado, el plazo máximo es de veinte días, a partir de la elección del Congreso, y todavía después será precisa una nueva sesión conjunta de las comisiones de ambas Cámaras para otorgar la conformidad previa a los nombramientos de adjuntos al Defensor del Pueblo que sean propuestos por el titular de la institución.Planteada al presidente del Congreso la dificultad para lograr la puesta en funcionamiento del Defensor del Pueblo, dados los escasos días que restan de periodo de sesiones, Landelino Lavilla manifestó a este periódico que los trámites legales podrían cumplirse en los tres últimos días del mes. Respecto al resultado de la votación de ayer, Lavilla no quiso opinar -"yo no comento nunca los resultados de las sesiones que presido", dijo-, si bien, aunque sonriente, parecía disgustado. Preguntado sobre si hubiera preferido que la aceptación de la propuesta formulada a la comisión hubiera sido unánime, se limitó a contestar: "A ver si en el Pleno se alcanza esa unanimidad".

Propuesta no partidista

La sesión conjunta de las comisiones de ambas Cámaras para el Defensor del Pueblo fué presidida por Landelino Lavilla, acompañado de los presidentes de la del Senado, el centrista José Zaforteza, y la del Congreso, Miquel Roca, de la Minoría Catalana. Lavilladeclaró la importancia de poner en marcha el Defensor del Pueblo antes de que finalice la legislatura, así como la conveniencia de que la persona que asuma esta institución obtenga "un respaldo máximo". Dió cuenta de las conversaciones mantenidas con los presidentes de las comisiones de ambas Cámaras y, de acuerdo con ellos, puso sobre la mesa la candidatura de Joaquín Ruiz-Giménez.

El portavoz de Coalición Democrática (CD), Miguel Herrero, -preguntó si la propuesta que hacía la presidencia del Congreso se realizaba sin previos contactos con los grupos parlamentarios. Herrero apuntaba, sin duda, al hecho de que la candidatura de Ruiz-Giménez ha venido siendo mantenida desde hace meses por los socialistas. Lavilla contestó que su propuesta era "ajena a cualquier candidatura formulada por cualquier grupo, aunque no se opera en el vacío o en la abstracción, sino que se tienen en cuenta las compulsas realizadas". Herrero manifestó que CD no había participado en las mismas y que su grupo no estaba en condiciones de "apoyar o soportar la propuesta de la presidencia". Lavilla cerró el diálogo con estas palabras: "La propuesta sigue en pie".

Antes de someterla a votación, el portavoz centrista, Víctor Carrascal, expresó la posición de su grupo, favorable a que todos apoyaran la candidatura y anunció, mientras tanto, la abstención. Lavilla recordó que se estaba conculcando la prohibición reglamentaria de explicar el voto en las votaciones secretas. El socialista Gregorio Peces-Barba dijo que su grupo no anunciaría el voto, si bien se manifestaba dispuesto a colaborar en el trámite para la elección propuesta.

Ante la inexistencia de otra candidatura -Antonio Hernández Gil renunció, mediante carta a Lavilla de fecha 12 de mayo último, a que se utilizara su nombre para esta elección-, fué sometida a votación la de Ruiz-Giménez. Se encontraban presentes 47 parlamentarios (del total de 61 con derecho a voto, 36 diputados y 25 senadores), que votaron del siguiente modo: veintidos aceptaron la propuesta presidencial, siete la rechazaron y dieciocho se abstuvieron o votaron en blanco.

Una votación con distintas 'lecturas'

El resultado de la votación permitió diversos comentarios y valoraciones, desde las diferentes perspectivas en que se situaron los parlamentarios. Para Miguel Herrero, la votación indicaba que Ruiz-Giménez es "el candidato de la minoría", puesto que habían existido más votos de una u otra forma discrepantes con esta candidatura que favorables a la misma. Respecto a los siete votos negativos, teniendo en cuenta que CD solo contaba con dos representantes en la sesión, le permitían congratularse de la capacidad de arrastre de su grupo.

Frente a esta posición, el socialista Gregorio Peces-Barba resaltó que se había cumplido la mayoría simple exigida legalmente en este trámite. Se negó a valorar los votos negativos ("la conciencia no se puede valorar", dijo) y aseguró que el total formado por los parlamentarios socialistas, comunistas y de Minoría Catalana presentes en la sesión -no asistió el PNV, los andalucistas ni el Grupo Mixto- sumaba veinte votos, por lo que "necesariamente dos centristas han debido votar con nosotros".

El centrista José Manuel Garcia Margallo valoró la abstención de su grupo como una forma de protesta por no haberse atendido los requerimientos de que, previamente a la votación, se negociara con todos los grupos, para tratar de obtener la unanimidad. Añadió que si UCD se opusiera a la candidatura de Ruiz-Giménez, le habría bastado votar negativamente y no se habría alcanzado la mayoría requerida. El senador Armando Benito expresó su protesta por haberse enterado de la posición de abstención en la propia sesión de la comisión conjunta. Otros parlamentarios centristas manifestaron, en canibio, su rechazo del candidato y se mostraron especialmente molestos por las declaraciones realizadas por Ruiz-Giménez sobre su aceptación del cargo, que calificaron de prematuras y carentes de respeto al Parlamento.

Por su parte, Roca destacó que se había producido un candidato "no de una parte, sino de todos" y que confiaba en que obtendrá en el Pleno del Congreso la mayoría de tres quintos requerida, esto es, 208 votos, teniendo en cuenta las últimas dimisiones del, comunista Felipe Alcaraz y el socialista Manuel Gracia, que situan a la Cámara con un total de 346 diputados. Junto a las minorías de la izquierda y nacionalistas que han anunciado su voto favorable, el líder del Partido de Acción Democrática (PAD) -que cuenta con diez diputados y siete senadores- inaniféstó a EL PAIS: "está fuera de duda que votaremos a favor de Ruiz-Giménez, y es más, nos consideramos proponentes de su candidatura".

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