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Vázquez Díaz fue un pintor incómodo para los medios oficiales, según sus discípulos

Homenaje íntimo de artistas y profesores al retratista andaluz

Treinta personas, la mayor parte de ellas artistas plásticos y profesores universitarios relacionados con el arte rindieron el pasado jueves en el Museo Español de Arte Contemporáneo de Madrid un homenaje académico al pintor Daniel Vázquez Díaz con motivo de celebrarse el primer centenario de su nacimiento. Vázquez Díaz fue considerado unánimemente como un pintor excepcional pero incómodo "por lo que el reconocimiento oficial había sido tardío y mezquino".

El acto "íntimo y lejos de la competencia, de las televisiones" como lo definió, el profesor y crítico Enrique Lafuente Ferrari, había sido convocado por el rector de la Universidad Complutense de Madrid (que estuvo representado por el vicerrector Antonio Bonet Correa y por el decano de Bellas Artes, Francisco Echauz) y por el presidente del Patronato del Museo Español de Arte Contemporáneo, Eusebio Sempere, quien también estuvo en la mesa de la presidencia. Dos discípulos de Vázquez Díaz, los pintores José Caballero y Rafael Canogar, recordaron también a su maestro desde la plataforma de participantes en el acto.Al homenaje, que duró tanto tiempo como el partido de fútbol o la corrida de toros que en esos momentos se estaban ofreciendo por televisión, asistieron también, entre otros, el escultor Pablo Serrano, el profesor Pita Andrade, el director del Museo Español de Arte Contemporáneo, Alvaro Martínez Novillo, y algu nos familiares de Vázquez Díaz

Tras la larga semblanza biográfica y artística que hizo de Vázquez Díaz el profesor Lafuente Ferrari los pintores José Caballero y Rafael Canogar hablaron de su maestro Vázquez Díaz y de la Academia Libre de Pintura que él fundó. "Vázquez Díaz", dijo José Caballero, "no se dejó mediatizar ni por nada ni por nadie y no entiendo cómo hay personas que siempre le han negado el reconocimiento que se merece".

José Caballero comparó la falta de reconocimiento del pintor andaluz homenajeado con el fenómeno taurino que ayuda a entender la forma de ser de muchos españoles. "En España somos un público de toros que exige, en un juego entre la suerte y la muerte, que el toro empitone al torero y mientras esto no suceda consideramos al torero como enemigo. Pero después de la cogida o incluso después de la muerte del torero éste deja de ser un enemigo y hasta llega a ser un héroe".

El pintor Rafael Canogar, que también perteneció a la Academia Libre de Pintura, compartió la afirmación de José Caballero de que la historia de la pintura española contemporánea se podría dividir en dos etapas: antes y después de Vázquez Díaz. Para Canogar el autor de los frescos de La Rábida era una persona muy contradictoria, un ser muy intuitivo y un gran paisajista y colorista. "Mi mejor homenaje a su persona es trabajar como él lo hacía, seguir sus enseñanzas como maestro y como amigo y construir una pintura coherente y artística".

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