Aplazado el programa nuclear memeano

El ambicioso programa nuclear mexicano, que contempla la instalación de veinte reactores antes del año 2000, con una inversión global superior a los 20.000 millones de dólares a precios actuales, ha sido aplazado sin fecha determinada por las dificultades en los precios de los crudos.La Comisión Federal de Electricidad notificó el jueves que por recomendación expresa del gabinete económico" se suspendía el concurso internacional convocado para construir una central de 2.000 megavatios". La adjudicación de esta obra se considera un test con vistas a todo el programa.

Siete empresas (tres de Estados Unidos y una de Canadá, Francia, Alemania Federal y Suecia) habían licitado a este concurso, cuyo fallo era esperado con expectación para antes del otoño.

La cuantía del contrato hizo que los presidentes de Estados Unidos y Francia, el primer ministro canadiense y el rey de Suecia presionasen en favor de sus respectivos consorcios con ocasión de visitas de Estado.

La licitación del concurso a empresas propietarias de tecnología nuclear básica eliminó en primera instancia a la industria española, pero tanto la Westinghouse como la General Electric presentaron varias ofertas con importante participación de sus respectivas divisiones españolas y el apoyo de empresas netamente hispanas de bienes de equipo e ingeniería.

La participación española

Según las distintas variantes, la industria española hubiera podido participar en este primer proyecto nuclear con inversiones que podían ir desde un mínimo de tres cientos millones de dólares hasta mil millones, siempre que la Comisión Federal de Electricidad optase por las dos empresas citadas.

La cancelación del concurso se ha decidido después de la evaluación técnica de las ofertas y antes de entrar en el análisis de las condiciones financieras. Los sobres sellados que contienen tales condiciones serán devueltos sin abrir a las empresas licitadoras en un acto convocado con este fin.

Desde el momento mismo en que el Gobierno se vio forzado a devaluar el peso hasta un 70% en lo que va de año, se alzó un coro de voces en contra de un programa nuclear que no se consideraba prioritario para un país rico en petróleo.

Su puesta en marcha hubiera obligado a un aumento importante de la deuda externa, que se sitúa ya en los 80.000 millones de dólares, y a la que sólo se puede hacer frente con unas exportaciones de petróleo que no han hecho sino disminuir desde hace más de un año.

Hay finalmente una poderosa razón política para aplazar esta decisión: el presidente López Portillo no podía al término de su mandato hipotecar a su sucesor con una decisión de tanta envergadura.

La austeridad presupuestaria decretada recientemente por el Gobierno se ha llevado por delante uno de los programas en que había depositado mayores esperanzas el Gobierno español para compensar parcialmente una balanza comercial enormemente favorable a México.