La primera obra teatral de Vargas Llosa será estrenada en Madrid la próxima temporada
Emilio Alfaro prepara el montaje de 'La señorita de Tacna'
La obra teatral La señorita de Tacna, del novelista peruano Mario Vargas Llosa, abrirá la próxima temporada del teatro Reina Victoria, de Madrid, interpretada por una compañía encabezada por Aurora Bautista y Daniel Dicenta, y dirección escénica del argentino Emilio Alfaro, quien estrenó la pieza en Buenos Aires, donde se representa en el teatro Blanca Podesta desde el 27 de abril de 1981, protagonizada por Norma Aleandro. Vargas Llosa, que ha escrito una obra cercana a su mundo imaginativo, mezcla de ficción y realidad, tiene previsto asistir el próximo mes a la formación del reparto y seguir de cerca los ensayos, a partir del mes de julio.
El director argentino Emilio Alfaro, de 49 años, actor durante diez años en el grupo Gente de Teatro, de Buenos Aires, junto con Norma Aleandro, Marilina Ross y Federico Luppi, director desde 1978 de cinco montajes, se encuentra en Madrid para preparar el estreno de La señorita de Tacna, de Mario Vargas Llosa, el próximo 9 de septiembre, en el teatro Reina Victoria. En estos días se dedica a la formación de la compañía, que cuenta ya con Aurora Bautista y Daniel Dicenta, y a conocer los elementos propios de nuestro país, con objeto de plantear una nueva puesta en escena, aunque permanece la concepción estructural del montaje que se mantiene en un teatro de Buenos Aires.Mario Vargas Llosa, como hizo en el estreno de su obra en Buenos Aires y Lima, asistirá a todos los preparativos. Según Emilio Alfaro, al escritor peruano "se le ha despertado un verdadero entusiasmo por el teatro, una pasión continua como espectador, pero reprimida como autor desde que estrenó una obra cuando tenía quince años. Ahora vuelve en un momento difícil y arriesgado en una nueva disciplina, teniendo en cuenta su éxito internacional como novelista y ensayista. En Latinoamérica tenemos un dramaturgo más".
La memoria y el presente
"La pieza de Vargas Llosa es sumamente original", dice Emilio Alfaro, "al no someterse a las reglas de la estructura dramática clásica, buscando garantías, y al mismo tiempo sin abandonar el estilo de su literatura. Es una historia nada convencional, que se sumerge en un mundo muy imaginativo, donde los límites de la ficción y la realidad se pierden, la memoria, el pasado y el presente juegan continuamente, en un ir y venir fascinante".El autor, en el prólogo de la publicación del texto de la obra, dice que "aunque, en un sentido, se puede decir que La señorita de Tacna se ocupa de temas como la vejez, la familia, el orgullo, el destino individual, hay un asunto anterior y constante que envuelve a todos los demás y que ha resultado, creo, la columna vertebral de esta obra: cómo y por qué nacen las historias".
Para Emilio Alfaro, la obra, al margen de la calidad poética, "significaba un desafío para encontrar el espacio y elegir el estilo". "Una obra que invitaba a trabajar como en un trapecio sin red, a partir del personaje del escritor, una proyección del propio autor, que piensa en una historia y se ve invadido por el campo de la memoria, de sus propias historias. No sólo cuenta una historia de amor, sino de amores, con los hechos más cotidianos. Me atrajeron el lenguaje y la calidad poética. Puede parecer una reminiscencia lorquiana, de Doña Rosita la soltera, en el personaje de Mamaé, aunque la soltería de ésta es por elección, y la de Lorca, por traición. Esos mundos tan nuestros, que tocan lugares de la memoria y de nuestro propio cuerpo, aparecen en la obra, que tiene un sentido universal".
Como director teatral, Emilio Alfaro elige los montajes en función de una opción personal y en la búsqueda de un espacio escénico y de un trabajo actoral. "Aquí, en Madrid, no quiero repetir la misma puesta de Buenos Aires. Son otros actores, otro país, otro sonido. Estoy entusiasmado con el proyecto. El trabajo de los actores es difícil, ya que los cambios de edad y situaciones de los personajes se hacen desde lo gestual y corporal. La obra es compleja, con cambios de la realidad y la ficción. En esta historia de una familia que ha perdido todo, la verdadera riqueza es la clave poética y literaria".
Emilio Alfaro se propone, con otros directores, como el venezolano Carlos Giménez, director del grupo Rajatabla, que harán una breve temporada el próximo mes de julio en el María Guerrero, de Madrid, aumentar el intercambio de obras y compañías entre España y Latinoamérica. En este contexto se sitúa la prevista presentación de la compañía de Nuria Espert, con Doña Rosita la soltera, de García Lorca, en el teatro Odeón, de Buenos Aires, el pasado 5 de mayo, aniversario del estreno de la obra en el mismo lugar por Margarita Xirgu en 1937. El proyecto tuvo que ser suspendido por la actual situación de Argentina.
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