Errores en el censo
Le escribo en relación con el párrafo segundo de su editorial en el que critica el nuevo censo electoral, que acaba de ser empleado por primera vez en las elecciones al Parlamento andaluz.La competencia en la formación del censo electoral no corresponde al Ministerio del Interior, sino al Instituto Nacional de Estadística.
El censo que se ha presentado ha sido obtenido de la inscripción padronal realizada con referencia al primero de marzo de 19 1. Se trata de un censo renovado, esto es, totalmente nuevo, que ha anulado el anterior, obtenido de la renovación padronal de 1975. Y es un censo nuevo también en el sentido técnico.
Cuando se transcriben los datos individuales de unos 27 millones de electores, con catorce características para cada uno de ellos, lo que da lugar a más de 2. 100 millones de pulsaciones, es casi natural que se cometan errores, que pueden ser subsanados en gran mayoría, con buena voluntad por parte del elector afectado y del presidente de mesa.
En el Instituto estamos seguros de que no más de cinco electores -calculando muy por lo alto- de cada mil pueden ser afectados por un error que pueda impedir el ejercicio del derecho de voto.
Lo ocurrido con este censo, nuevo, repito, es que se han fundido, dividido o ampliado el número de secciones, y ello ha dado una impresión exagerada de error, ya que muchos electores no se han encontrado registrados en las listas o en los lugares habituales de votación. No diré que es por su culpa, pero en buena parte es así. Durante las dos últimas semanas de febrero de este año se han expuesto las listas provisionales del censo en todos los municipios de España y se han gastado unos cien millones de pesetas en una campaña de publicidad para mover al electorado a verificar la corrección de su inscripción censal y a reclamar, en su caso, la rectificación. Como algo exageradamente dice el señor Pérez Miyares, un 99% de los habitantes no ha comprobado las listas y, en consecuencia, muchos electores no sabían siquiera dónde debían votar.
En el caso mismo del señor Pérez Miyares se ordenó una rápida investigación, de la que se concluyó que no existía su hoja padronal en el Ayuntamiento de Huelva y que la hoja censal existente en la Delegación Provincial de Estadística señalaba su vivienda como vacía en la fecha de referencia (primero de marzo de 1981). En consecuencia, lo bufo, para tomar las palabras de su editorial, habría sido que hubiera podido votar el domingo.
La garantía de voto depende, en buena medida, de la eficacia del aparato administrativo, y en conseguirla nos esforzamos, pero depende también de la obligación del ciudadano de inscribirse en el Padrón Municipal de Habitantes del Municipio de residencia, y sólo en uno, y de comprobar su inclusión correcta en las listas del censo electoral cuando éstas se exponen.
Por cierto, la próxima exposición de listas provisionales del censo se realizará en las dos últimas semanas de noviembre próximo. / Director del Instituto Nacional de Estadística del Ministerio de Economía y Comercio.
