Unos servicios secretos que empiezan a fallar

Los servicios secretos israelíes figuran "entre los más eficaces del mundo", pero "la calidad de la información israelí sobre el mundo árabe falla desde hace algún tiempo", señala un informe de la Central Intelligence Agency (CIA) norteamericana realizado en 1976 y actualizado en marzo 1979, del que se apoderaron los estudiantes islámicos iraníes que asaltaron en noviembre de 1979 la Embajada estadounidense en Teherán y que ha sido publicado en febrero de este año en Irán y ampliamente recogido por el diario Washington Post.El informe, de 47 páginas, analiza las actividades de los cinco servicios de inteligencia hebreos -Mossad, especializado en operaciones en el extranjero; Aman, dedicado a la información militar; Shin Beth, de contraespionaje; la Oficina de Investigación del Ministerio de Asuntos Exteriores y el Servicio de Intereses Judíos-, cuya existencia no fue reconocida hasta 1961, cuando el entonces primer ministro, David Ben Gurion, les atribuyó la autoría del secuestro en Argentina del criminal de guerra nazi Adolf Eichmann, conducido a Tel Aviv en un féretro.

El Mossad, el Aman y el Shin Beth cuentan cada uno con un núcleo central de 500 oficiales, y sus efectivos son evaluados por la CIA en 1.500, 6.500 y 500 hombres, respectivamente. Sus actividades son múltiples, y abarcan desde la obtención de información militar hasta el espionaje científico e industrial, pasando por la búsqueda de criminales de guerra y la ayuda a comunidades judías amenazadas.

Su campo de actividad geográfica abarca a casi todo el planeta, con especial predilección, sin embargo, porlos llamanos países fronterizos del Estado hebreo. "En 1970", indica la CIA, "los israelíes estimaban que el 50% de su esfuerzo operacional estaba dirigido contra Egipto. Inmediatamente después figuraba Siria".

Estados Unidos figura también entre sus prioridades, como lo demuestra la colocación, en 1954, de micrófonos en el despacho del embajador norteamiericano en Tel Aviv o, dos años más tarde, la escucha sistemática de todas las conversaciones telefónicas del jefe de la agregaduría militar norteamericana en Israel.

El caso más reciente y espectacular recogido en el informe es el de un empleado del Consulado norteamericano cle Jerusalén, que intentaron en vano reclutar achacándole la responsabilidad moral del aborto inventado de una joven con la que se relacionaba y que también intentó sustraerle información.

Incluso un continente tan alejado como Latinoamérica es uno de sus objetivos. "Los israelíes", señala la CIA, "son muy activos en Latino américa", donde "centran su actividad en brindar entrenamiento para la lucha antiterrorista". Su sede operacional para el Cono Sur y Brasil es el Consulado israelí en Río de Janeiro.

Los servicios israelíes cooperan también contra el terrorismo con sus homólogos occidentales en el marco de la misteriosa organización Kilowatio, o con los del Tercer Mundo, como el turco (TNSS) y el iraní (Savak), con los que fundaron en 1958 la organización Trident.

La inteligencia israelí utiliza múltiples "tapaderas", como las embajadas del Estado hebreo, las oficinas de la compañía aérea (El Al) o marítima (Zim) y, aunque con menos frecuencia, las organizaciones de las comunidades judías.

Para reclutar a sus informadores, invoca todo tipo de motivaciones, como las simpatías raciales o religiosas projudías, el rechazo del antisemitismo, sentimientos antisoviéticos o simplemente humanitarios". A veces no se presentan ante sus agentes potenciales como servicios judíos, sino como "departamentos de la OTAN que operan en países árabes".

Entre sus acciones audaces y espectaculares cabe recordar el robo de las lanchas patrulleras ancladas en Cherburgo (Francia), la liberación en Entebbe (Uganda) de las víctimas de un secuestro aéreo, la compra de un piloto iraquí que aterrizó en Israel con su recién estrenado avión Mig 21, inmatriculado 007, y que los expertos occidentales se apresuraron en desmontar; el ascenso hasta el "tercer lugar" de la jerarquía gubernamental siria del espía Elie Cohen, que llegó a convertirse en un amigo del presidente sirio, Hafez el Assad; el anuncio en los primeros días de la revolución iraní de la ineluctable caída del sha, de Irán y del discurso sobre la desestalinización que pronunciaría Nikita Jruschov en 1956 ante el XX Congreso del PC de la URSS.

Ocurre, sin embargo, que los servicios secretos hebreos fallan. En octubre de 1973 no lograron convencer al Estado Mayor israelí de la inminencia de un ataque egipcio, con el que empezó la guerra del Yom Kipur.