Contactos a alto nivel entre los comunistas de Francia e Italia
Hoy, en la capital francesa, los partidos comunistas francés e italiano vuelven a reanudar sus contactos al más alto nivel, tras dos años de difíciles relaciones. Sus dos secretarios generales, Georges Marchais y Enrico Berlinguer, celebrarán conversaciones de las que, en principio, no se esperan resultados sustanciales.Durante los últimos años, en la escena internacional se han producido acontecimientos importantes: la invasión de Afganistán por los soviéticos, la polémica en torno a la defensa europea, protagonizada por la implantación de los euromisiles occidentales para contrarrestar los SS-20 soviéticos, y el golpe de Varsovia. Sobre estas tres bazas capitales de la política exterior de Moscú, los comunistas italianos y franceses se han manifestado de manera sensiblemente diferente. Mientras el Partido Comunista francés (PCF), en cada ocasión, se mostró fiel aliado de la URSS, el Partido Comunista italiano (PCI) no ha dejado de distanciarse de la diplomacia soviética.
Pero durante este mismo período de tiempo ha acaecido un hecho aparentemente contradictorio: el partido comunista con más peso en Europa occidental es el italiano, y el más adicto a las tesis de la URSS es decir, el francés, fue, sin embargo, el que subió al poder, al lado de los socialistas.
La URS S separa a los dos partidos comunistas, pero el presidente François Mitterrand los acerca. El pasado mes de abril, el Partido Socialista francés (PS) invitó a Berlinguer, que también fue recibido por Mitterrand. Días antes, para evitar susceptibilidades, había recibido a Marchais en el palacio del Elíseo. Teóricamente, en breve, debiera invitar al líder del Partido Comunista de España (PCE), Santiago Carrillo. Todo este vaivén está relacionado con la aún brumosa euroizquierda, en la que el actual poder galo ve una posible estructura regional de su socialismo a la francesa.
