París y Argel temen que el Sahara se convierta en nuevo foco de enfrentamiento Este-Oeste

El presidente francés, François Mitterrand, mantuvo ayer un tercer encuentro con su homólogo argelino, Chadli Benjedid, en el curso de una breve escala durante su periplo a tres países africanos. Los dos estadistas han reafirmado, según el dirigente francés, que "no desean que el conflicto del Sahara occidental sirva de marco a las diferencias entre el Este y el Oeste", haciendo alusión implícita a la rivalidad norteamericano-soviética.

Mitterrand subrayó que la concertación argelino-francesa es un elemento importante de la política exterior de su Gobierno en todo lo que concierne al diálogo Norte-Sur, la situación en el continente africano y la cooperación económica. "Nuestras discusiones", agregó, "han sido francas y directas y han tratado de los problemas propios del área del Mediterráneo, el Magreb y Africa".Haciendo alusión al conflicto del Sahara occidental, Mitterrand reiteró que Francia está dispuesta a participar en una solución pacífica si así se lo solicitan todas las partes implicadas. Pero, en su opinión, el elemento más grave de ese conflicto es la aparición de intereses directos de las superpotencias, lo que constituye un factor nuevo.

Francia y Argelia están de acuerdo en considerar que sería un hecho de una gravedad mayor el que, al igual que ocurriera en el Africa austral y ocurre en Oriente Próximo, las superpotencias traten de hacer del Sahara occidental un terreno suplementario de su enfrentamiento crónico.

La escala en Argel del presidente francés coincidió con la llegada a Estados Unidos del rey Hassan II de Marruecos, en visita oficial, para negociar una serie de acuerdos suplementarios entre Rabat y Washington en la esfera política, militar y económica.

A este respecto, François Mitterrand dijo que su visita a Argel había sido programada durante su último viaje a la capital argelina, en diciembre pasado, por lo que no tiene relación alguna con ningún hecho político reciente en el Magreb.

Sin embargo, haciendo referencia a su primer viaje por tres países del Africa francófona (Níger, Senegal y Costa de Marfil) señaló que Francia desea figurar activamente en el continente negro, en función de sus relaciones históricas con algunos países africanos.

Medios franceses dignos de crédito han indicado que el viaje de Mitterrand a los tres países citados tiene también como objetivo dar a conocer a los aliados de París -alusión posible a Estados Unidos- que el Gobierno socialista francés no ve con buen agrado las presiones de éstos para minar el prestigio de Francia".