El plan económico puede provocar la dimisión del primer ministro danés

El primer ministro danés, Anker Joergensen, anunció que renunciará a su cargo si el Parlamento (Folketing) no aprueba el plan económico presentado por el Gobierno esta semana, en el que solicita, entre otras medidas, recursos para combatir el alarmante problema del paro laboral.El popular líder del Gobierno socialdemócrata, minoritario en el Parlamento, dijo que estaba cansado de presidir Gobiernos en tales condiciones de inseguridad. Joergensen ha mantenido contactos con los diferentes líderes de los partidos políticos daneses en busca de algunos puntos de coincidencia que permitan obtener una mayoría estable para aprobar dicho plan económico.

Básicamente, el plan consiste en garantizar ocupación a todos los jóvenes, los más castigados por el paro; otorgar suficiente apoyo financiero a los empresarios para la puesta en marcha de un programa de cursos de especialización laboral, así como un aumento del apoyo a los agricultores.

Asimismo, el Gobierno propone la reducción del tiempo de trabajo a 39 horas semanales -actualmente son cuarenta- a partir del año próximo. La Central de Trabajadores Danesa (LO), con cerca de un millón y medio de afiliados, apoya esta medida, aunque significará una reducción del salario.

El Gobierno espera así aumentar la disponibilidad de puestos de trabajo. Los empresarios daneses, por su parte, no apoyan la citada reducción de jornada por considerar que no servirá para mejorar la capacidad competitiva en el exterior de la industria.

La situación económica de Dinamarca no ha cesado de empeorar en los últimos años. El número de parados alcanza actualmente a 300.000, más del 10% de la fuerza productiva. El déficit de la balanza comercial supera los 15.000 millones de coronas, cerca del 4% del product o nacional bruto (PNB).

En los últimos años, la quiebra de empresas industriales y agrícolas, imposibilitadas para afrontar con éxito una creciente competencia y agobia das por los altos intereses bancarios, ha sido continua. Ninguno de los planes económicos ensayados hasta ahora para poner término a esta situación ha dado resultados. Esto ha generado un creciente y peligroso escepticismo en la población, acostumbrada a muchos años de elevado nivel de vida.