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La visita del monarca marroquí suscita inquietud en Argelia

Las relaciones argelino-norteamericanas continúan deteriorándose gradualmente, en los planos político y económico, mientras se consolidan las que unen a Rabat y Washington. La llegada de Hassan II a Estados Unidos y la próxima entrevista que sostendrán, en Argel, los presidentes Chadli Benjedid y François Mitterrand, el miércoles, reafirman el contexto de intereses dispares en que se desenvuelven las diplomacias norteamericana y francesa en El Magreb y hace prever una tensión mayor entre Argel y Rabat, en opinión de los medios argelinos.Si El Magreb no se halla todavía al borde de la guerra fría, como han afirmado algunos editorialistas, no cabe duda que el impacto que tiene en la zona la preparación de la alianza estratégica norteamericano-marroquí, a que se refieren con inquietud los argelinos, va a desembocar a corto plazo en una mayor cartera armamentista.

Los argelinos estiman que el único factor positivo de la actitud de la diplomacia del presidente Reagan en lo que se refiere al conflicto del Sahara occidental, será haberse convencido de que entre los saharauis del Frente Polisario domina un sentimiento nacionalista, contrariamente a la idea inicial que los definía como "castristas" o "marxistas" convencidos. Sin embargo, todas las tentativas hechas por el Polisario para reanudar los contactos que habían establecido con la Administración Carter, no han dado hasta ahora ningún resultado.

Solicitados imperiosamente por la Unión Soviética, para la que el Frente Polisario no existe oficialmente, los argelinos sienten crecer en su seno su vocación tercermundista, a Pesar de todos los avatares en que está inmerso el movimiento de los no alineados. En ese sentido, es evidente que la diplomacia de los países del Este europeo, y de la URSS en primer lugar, se centra ahora en prometer a Argel una ayuda estratégica a carribio de concesiones en lo que se refiere a los no alineados. "Esos intentos", aseguran los dirigentes de Argel, "están condenados al fracaso, no obstante el riesgo de guerra existente en el norte de Africa".

La reciente creación de una comisión militar mixta norteamericano-marroquí, la concesión de créditos militares por un importe de cien millones de dólares y la promesa, hecha por Rabat, de otorgar "bases de tránsito" a las fuerzas norteamericanas, han sido seriamente criticadas tanto en la capital de Argelia como en la de Libia, que ven en ello un peligro serio para la zona.

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