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Las autoridades portuguesas quieren acelerar el juicio del sacerdote Juan Fernández Krohn

Juan Fernández Krohn, de 32 años de edad, autor de una agresión contra Juan Pablo II, el pasado día 12, en el santuario de Fátima, será juzgado por el tribunal ordinario de Vila Nova de Ourem, a 147 kilómetros al norte de Lisboa, en cuya jurisdicción , se sitúa el lugar del delito, revelaron ayer fuentes judiciales.

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Las autoridades portuguesas están decididas a acelerar la instrucción del proceso, y lo más probable es que el mismo estará concluido antes del plazo máximo previsto de noventa días.Juan Fernández Krohn permanece a disposición judicial en una celda individual de la policía que depende del Ministerio de Justicia, en Lisboa. La única excepción que diferencia el trato que recibe con el de los demás reclusos es la de poder recibir visitas de sus familiares en un locutorio separado.

Una fuente de la policía ha informado que Fernández Krohn, que sigue vestido con una sotana, está perfectamente tranquilo y pasa la mayor parte del tiempo rezando. No ha pedido alimentación especial ni ha querido el aparato de radio al que tiene derecho.

Es evidente el deseo de la jerarquía católica de minimizar el acontecimiento, siguiendo la orientación marcada por el propio Juan Pablo II, que no ha hecho ninguna referencia pública a la agresión. Esta última palabra es la que utilizan todas las fuentes eclesiásticas interrogadas acerca de los hechos ocurridos en Fátima en la noche del 12 de mayo y que se niegan a hablar de atentado. La versión oficial sigue siendo que el agresor no llegó a aproximarse suficientemente al Papa para poder ejecutar sus eventuales intenciones homicidas, que no está claramente establecido que llegó a empuñar su arma y que el Papa no se enteró de que Fernández Krohn estaba armado hasta el día siguiente.

Sin embargo, una fotografía, ampliamente divulgada, muestra claramente un sacerdote presentando al Papa, sobre su mano abierta la bayoneta arrancada a Fernández, que aparece rodeado de policías a escasos metros del pontífice.

Cuando el Papa bajó del coche para subir las escaleras que llevan al altar, Fernández Krohn consiguió aproximarse de nuevo, al punto de rozar al Papa, que se volvió hacía él antes de seguir hacia los micrófonos, desde donde dirigió su bendición a los peregrinos. Entre tanto, se registra un movimiento extraordinario al pie de la escalera. Varios elementos de la policía portuguesa, vestidos de paisano, se han apercibido del gesto del agresor, que sacó de su maletín la bayoneta que llevaba escondida y lo desarmaron, postrándolo al suelo y torciéndole el brazo. Cuando el Papa baja algunos peldaños de la escalera en dirección al sacerdote, que aparece tendido de espaldas sobre el suelo y aparentemente desmayado, Fernández Krohn se incorpora violentamente, aunque maniatado por la policía, e invectiva al Papa en voz muy alta, gritando "Abajo el Vaticano II, abajo el Papa, fuera el comunismo".

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