En el Atlántico sur se prepara una inminente reanudación de las hostilidades, afirma la Junta Militar argentina
Entre rumores de una inminente reanudación de las hostilidades en el Atlántico Sur, pese a los esfuerzos mediadores de las Naciones Unidas, el Estado Mayor Conjunto argentino, anunció ayer el primer balance de bajas propias en el conflicto, que cifró en veintisiete muertos y 43 heridos, e insistió en que nueve aviones harrier británicos fueron derribados en combate.
Las tropas argentinas permanecían ayer en estado de máxima alerta en todo el litoral atlántico, después e que en Londres se admitiese abiertamente la posibilidad de un ataque contra objetivos argentinos en el continente El ministro de Defensa, Amadeo Frágoli, dijo que ante esa eventualidad, "Argentina se defenderá de la agresión donde y cuándo corresponda".Aunque desde el pasado día 4 no se han registrado operaciones bélicas en el Atlántico austral este fin de semana se consideraba decisivo en medios militares argentinos, que veían con excepticismo la posibilidad de un próximo alto el fuego acordado en las Naciones Unidas. Las posturas de Londres y Buenos Aires son todavía irreconciliables y ninguna de las dos partes parecía dispuesta a ceder en sus exigencias básicas sobre las Malvinas: el reconocimiento de la soberanía para Argentina y la retirada incondicional de las fuerzas ocupantes para Gran Bretaña.
El ministro de Relaciones Exteriores, Niconor Costa Méndez se mostró en cambio relativamente optimista y declaró ayer que "hay esperanzas de lograr un avance en el entendimiento con Gran Bretaña". Costa Méndez, que reconoció que las relaciones entre Washington y Buenos Aires son "malas",porque Estados Unidos "se alió con el enemigo", dijo que toda negociación en el seno de la ONU debe conducir "inexorablemente", a la soberanía argentina sobre las islas Malvinas. Contra lo que se esperaba, el ministro no viajó ayer a Nueva York y envió a su subsecretario, Enrique Ros.
Por primera vez desde que se iniciaron los choques armados en el Atlántico meridional, el estado mayor conjunto dio a conocer un balance de bajas propias. Los ataques británicos contra las Malvinas causaron, según el comunicado oficial, diecinueve muertos y 37 heridos. Otros ocho soldados murieron y seis resultaron heridos como consecuencia del ataquede un helicóptero inglés contra el remolcador Alférez Sobral, el pasado 3 de mayo.
Todavía no existe un balance de víctimas del hundimiento del crucero General Belgrano y la última cifra oficial de supervivientes es la de 6.80, de una tripulación de 1.042 hombres. Relatos de los naúfragos indicaron que el crucero se hundió en cuarenta minutos, tras recibir el impacto de dos torpedos ingleses.
El remolcador Alférez Sobral fue atacado por un helicóptero Lynx de la flota británica cuando se dirigía a recoger a un piloto argentino que se había tirado en paracaídas de su avión, derribado el día anterior, y que emitía señales de auxilio desde su pequeña balsa de supervivencia. Un misil dio en pleno puente de mando y mató al comandante de la nave y a otros siete tripulantes, informaron fuentes militares, que subrayaron que el barco atacado estaba realizando. una núsión humanitaria y que como todo armamento llevaba una ametralladora. El buque, muy dañado por la explosión, pudo llegar a puerto el jueves.
El estado mayor conjunto respondió a las informaciones procedentes de Londres sobre la "desaparición" de dos aviones harrier, diciendo que no se han librado combates en el área desde el pasado martes y que las fuerzas argentinas han derribado nueve de esos cazabombarderos, de los que Gran Bretaña solo ha reconocido uno. En Buenos Aires no existe la menor duda de que los ingleses ocultaron sus pérdidas en combate y tratan ahora, con esa estratagema, de ajustar la cifra de bajas a la realidad. "¿Qué clase de aviones son esos, que se caen al mar solos?", ironizaba ayer un comentarista radiofónico.
La discreción de los comunicados oficiales del Estado Mayor argentino contrasta con el triunfalismo de los medios de comunicación, donde se da por seguro que el portaaviones Hermes y otras unidades de la armada inglesa han sido seriamente dañadas, se exalta la pericia de los combatientes argentinos y se comenta jocosamente el hecho de que los británicos subestimaran la capacidad militar argentina.
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