Un desembarco británico en las islas Malvinas parece inminente

Una guerra de comunicados contradictorios sucedió ayer a los combates registrados durante todo el sábado entre la fuerza expedicionaria británica y las tropas argentinas que ocupan las islas Malvinas desde hace un mes. El silencio que reinó en la zona todo el domingo hacía presagiar anoche un inminente desembarco británico en el archipiélago, no descartándose que ya se encuentre en las islas algún comando de elite encargado de preparar la operación.

La propia Junta Militar argentina reconoció ayer tarde esta posibilidad, lo que vendría a repetir lo ocurrido el pasado domingo en las Georgias del Sur, islas que fueron recuperadas por el Reino Unido después de que un comando de doce hombres del Escuadrón Especial Anfibio desembarcara el jueves anterior para preparar el terreno.El Ministerio británico de Defensa desmintió anoche categóricamente que la aviación argentina hubiera atacado el Hermes -buque insignia a bordo del cual viaja el príncipe Andrés, en su calidad de piloto de helicópteros- y mucho menos que el portaeronaves se encontrase fuera de combate, como había afirmado uno de los comunicados emitidos por el Estado Mayor argentino.

La guerra británico- argentina, en la que según ambas partes se han desarrollado intensos combates durante la jornada del sábado en torno a Puerto Argentino (Puerto Stanley para los británicos), no cuenta aún con víctimas reconocidas. Argentina ha perdido hasta ahora dos aviones (tres, según Londres), y Londres asegura no haber sufrido apenas ningún daño, ni personal ni material, en su flota expedicionaria, con la excepción de un marinero que resultó herido al ser ligeramente alcanzado el barco en el que navegaba (cuya identidad no se especifica).

El Reino Unido sigue sin estar oficialmente, en guerra con Argentina, recuerda Andres Ortega desde Londres. Según el Gobierno de Margaret Thatcher, el Reino Unido se ha limitado a "actuar en defensa propia, de acuerdo con la Carta de las ONU". El titular del Foreign Office, Francis Pym, se reunió ayer en Washington con el secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, quien ha abandonado su mediación para pasar a actuar como un verdadero aliado de Londres.

"Buenos Aires sigue siendo un obstáculo para encontrar una solución política al conflicto", comentó Haig al concluir la entrevista. "Nuestra estrategia", explicó por su parte Pym, "ha consistido en aplicar presiones crecientes para hacerle comprender a Argentina que la agresión se paga". El ministro británico cenó posteriormente en Nueva York con el secretario general de la ONU, el peruano Javier Pérez de Cuéllar, en la residencia del embajador británico, informa Ramón Vilaró.

Por otra parte el presidente peruano, Fernando Belaunde Terry, comunico a últimas horas de la noche de ayer a los periodistas, que existía un plan de siete puntos, propuesto conjuntamente por su Gobierno y el de Washington, para lograr un alto el fuego en la zona de las Malvinas. El texto, remitido a los Gobiernos de Londres y Buenos Aires, pretendería -siempre según el primer mandatario peruano- lograr el cese inmediato de las hostilidades como un primer paso para alcanzar una paz honrosa para ambas partes. El Foreign Office, sin embargo, manifestaba a primera hora de la madrugada de hoy que desconocía la existencia del plan.

El jefe del Ejecutivo español Leopoldo Calvo Sotelo, aseguró ayer en Jaén -donde se encuentra haciendo campaña electoral- que ha ofrecido su mediación a la Junta Militar argentina, aunque "podría ser ya demasiado tarde". Calvo Sotelo calificó de "muy grave" el conflicto de las Malvinas, y comentó que el Reino Unido "ha negociado poco y mal". En su opinión, la reivindicación española de Gibraltar es más clara que la de las Malvinas por Argentina.

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