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Primer paso del régimen polaco para intentar la normalización política del país

La decisión del régimen militar Polaco de poner en libertad a un tercio aproximadamente de las personas encarceladas por motivos políticos, en virtud del estado de sitio y de levantar el toque de queda el próximo 2 de mayo, además de resultar espectacular supone un primer paso del general Wojciech Jaruzelski en busca de la normalización política, informan agencias occidentales en Varsovia.

El primado de la iglesia de Polonia, Jozef Glemp, que ayer regresó de Roma, donde informó al Papa de la situación en su país, calificó la decisión como "principio de la normalización". "Se trata", dijo Glemp, "de una primera medida que puede abrir la puerta a otras, eso es lo que esperamos".A su llegada a Varsovia, Glemp, dijo que Juan Pablo II está "dispuesto" a visitar Polonia el próximo mes de agosto, como estaba previsto, desdiciéndose de sus declaraciones del miércoles en Roma en las que descartó el viaje papal durante el presente año.

Hoy comenzarán a salir los primeros internados, entre los que se encuentran algunas personas ampliamente comprometidas con la renovación democrática, pero en ningún caso altos dirigentes del sindicato Solidaridad, incluido su presidente, Lech Walesa. Ayer se informó en Varsovia que el líder obrero se entrevistó a finales del pasado mes de febrero con representantes de la Cruz Roja Internacional. El portavoz de la organización en la capital polaca informó que la Cruz Roja estaba dispuesta a visitar a Walesa las veces que fueran necesarias.

Después del próximo 2 de mayo, quedarán aún en prisión por razones políticas alrededor de 2.000 personas. La nueva actitud de las autoridades ha creado un serio problema a los intelectuales, opuestos desde el principio al régimen de JaruzeIski.

En opinión de los observadores, se encuentran en un encrucijada. Si llegan a algún tipo de pacto con las autoridades se desacreditarán a sí mismos, pero si permanecen al margen podrían desaprovechar una oportunidad para influir en la política polaca en momentos cruciales de su historia.

El corresponsal del diario francés Le Monde en Varsovia estima que, después de cuatro meses de represión, Jaruzelski está decidido a encontrar una consolidación política en base a una flexibilización del estado de sitio, tal y como le exigen determinados países occidentales para levantar el boicoteo económico a su régimen. Así lo reconoció el propio Jaruzelski ante el Parlamento (Sejin) polaco la semana pasada.

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Naturalmente, la Prensa polaca ha dedicado un despliegue especial a las "medidas de gracia" otorgadas por el régimen. La ocasión ha servido para que en la televisión hablase el presidente del suspendido sindicato Solidaridad Rural, Jan Kulaj, quien manifestó su propósito de militar en el Partido Campesino, aliado del comunista (POUP) en el Frente Nacional dominado por estos últimos. El diario Zycie Warszawy informó que en el primer grupo de 800 personas que serán liberadas, hay 351 obreros, 24 campesinos, 367 intelectuales y 64 mujeres.

Se trata del primer soporte al régimen polaco de un destacado miembro del sindicato. independiente Solidaridad, que llegó a estar detenido en los días siguientes al golpe de Estado y pasa por ser amigo personal de Walesa.

También coincidiendo con las medidas de flexibilización del régimen, la dirección clandestina de Solidaridad ha iniciado sus primeros contactos para reconstruir la dirección nacional, desmembrada por las detenciones.

Los líderes obreros de Varsovia, Zbigniew Bujak; de Wroclaw, Wladyslaw Frasyniuk; de Cracovia, Jan Hardek, y de Gdansk, Bogdan Lis, difundieron un mensaje conjunto sobre las acciones futuras del sindicato.

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