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Creciente tensión en torno a las Malvinas

La OEA, diplomáticamente a favor de Buenos Aires

Una resolución de ocho puntos, en la que destacan la petición de "cese inmediato de las hostilidades", el reconocimiento del "derecho de soberanía de Argentina sobre las islas Malvinas" y la "continuidad de las negociaciones de paz", será aprobada por el Consejo Ministerial de la Organización de Estados Americanos (OEA) al término de la sesión urgente dedicada al conflicto argentino-británico en el Atlántico Sur.La resolución, propuesta a iniciativa de Brasil y Perú, parece contar con la unanimidad de los treinta Estados miembros de la OEA, al excluir vinculaciones concretas de solidaridad militar con Argentina, de acuerdo con el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR). El Gobierno de Buenos Aires, representado en el foro de la OEA por el canciller Nicanor Costa Méndez, contaba con escasas posibilidades de alcanzar los catorce votos necesarios para aplicar los principios del TIAR.

La resolución, calificada de moderada entre los diplomáticos, insiste en que la "resolución 502 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas debe ser cumplida en todos sus aspectos", principio que da satisfacción a la delegación de EE UU, que, probablemente, también votará por la resolución peruano-brasileña.

Al aludir a la necesidad de "cese inmediato de las hostilidades" se especifica que "tienen lugar en la zona de seguridad delimitada por el TIAR, lo que concede a Argetina la posibilidad de volver a la carga, en petición de apoyo militar, en caso de escalada bélica de las Malvinas.

La resolución, expresando el centro de ataques verbales que ha recibido el Mercado Común en el foro de la OEA por el embargo comercial y económico a Argentina, la adopción por los miembros de la CEE y otros Estados de medidas coercitivas de carácter económico y político que perjudican al pueblo argentino".

Mientras la OEA se disponía a votar el proyecto de resolución en Washington, la Administración Reagan estaba inquieta ante la eventualidad de que se incrementen las corrientes antinorteamericanas en Suramérica, como consecuencia de la postura probritánica de EE UU en el conflicto de las Malvinas. En su breve discurso ante el Consejo de la OEA, el secretario de Estado, Alexander Haig, sin recibir ningún aplauso, aludió al peligro de que los soviéticos" exploten las diferencias entre países aliados. Ofreció, una vez más, los buenos oficios de la Administraci eagan para mediar en el conflicto, aspecto que rechaza Buenos Aires. El embajador argentíno en EE UU declaró que lo que busca Margaret Thatcher en el litigio del Atlántico Sur es sangre.

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