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73 militantes islámicos pueden ser condenados a muerte en el emirato de Bahrain

Por el número de inculpados, por la gravedad de los delitos que se les imputan y por la amplitud de sus implicaciones internacionales, el proceso que se sigue ante el Tribunal Supremo de Bahrain es, sin duda, el mayor celebrado nunca en un emirato del Golfo.

Setenta y tres militantes islámicos -de una edad media de veinte años- pueden ser ejecutados. Se les acusa de cuatro delitos fundamentalmente: pertenencia a una organización ilegal, posesión de armas de fuego y de explosivos, conspirar para derrocar al régimen por la fuerza y complicidad con una potencia extranjeraDebido a la extraña discreción de las autoridades, se ignora casi todo sobre este asunto. El compló se anunció el 13 de diciembre, a la vez que el arresto de seis jóvenes de los que se dice que venían de Irán a Bahrain. A pesar de que el proceso comenzó el 13 de marzo, hasta el momento no se ha revelado la identidad de los 73 conjurados.Su adscripción política es también un misterio: la "organización ilegal" mencionada por la acusación es designada oficiosamente como el Frente Islámico de Liberación de Bahrain.

La verdad es muy difícil de conocer, puesto que el proceso se desarrolla en el más estricto de los secretos, en una barriada, la de Jao, rodeada por todas partes de fuerzas de seguridad. Se impide el acceso a las familias de los inculpados y a los observadores locales y extranjeros.

Parece que el "gran compló" es un intento para derrocar no sólo a la dinastía del jeque Al Jalifa, de Bahrain, sino a todos los regímenes del Golfo. Versiones más escépticas reducen la trama a un intento para ocupar los edificios claves de la capital, Manama, y proclamar una república islámica calcada de la de Jomeini en Irán.

Según el primer ministro de Bahrain, jeque Ben Salman, Jomeini intenta exportar por todos los medios una revolución basada en el sectarismo religioso y se ha valido en Bahrain de chiitas descontentos. Es la primera vez que un alto responsable pone en cuestión a los chiitas, que constituyen al menos el 60% de la población del emirato, mientras que la familia reinante y la elite dirigente pertenecen a la confesión sunita. Según Ben Salman, el régimen de Teherán ha fomentado un cisma artificial entre chiitas y sunitas.

Los representantes del Frente Islámico de Liberación de Bahrain desmienten, por su parte, la existencia del presunto compló organizado por Irán y denuncian, en su lugar, una provocación policial impulsada por la familia reinante para aterrorizar a la población, aplastar la oposición y justificar los acuerdos de seguridad concluidos con Arabia Saudí.

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