El capitán que subió a los autobuses sin saber adónde iba

El capitán de la Guardia Civil Francisco Ignacio Román, para quien el fiscal pide la pena de un año y seis meses de prisión (la menor de las solicitadas), estaba destinado en la fecha del 23 de febrero de 1981 en la Academia de Tráfico. Según las conclusiones definitivas del fiscal, el capitán Román, en la fecha de autos, después de comer en la residencia, y al finalizar dos clases en la citada academia, observó, sobre las 17.30 horas, por una ventana cómo del garaje salían autobuses con miembros del instituto, y subió al último de los vehículos. Al llegar a la plaza de Neptuno, y sin orden alguna, empezó a formar un cordón de seguridad en las proximidades del Congreso, siendo arrestado momentos después por el director general de la Guardia Civil y conducido a la Dirección General en un vehículo del cuerpo.Las conclusiones definitivas del fiscal en relación a la actuación del capitán Román variaron con respecto a lo establecido en las conclusiones provisionales de agosto de 1981. En éstas, el fiscal solicitaba una pena de seis años de prisión para el procesado y establecía que el capitán Román subió a los autobuses con conocimiento de que éstos se dirigían al Congreso.

En la sesión de la vista del juicio del pasado 29 de marzo testificó el capitán Francisco Ignacio Román y, a preguntas del fiscal, dijo que subió a uno de los autobuses que salían del parque de automovilismo sin que nadie le hubiera explicado de qué se trataba ni se le hubiera dado orden alguna, aunque "había oído hablar de un servicio que se iba la prestar en las inmediaciones del Congreso".

También declaró que no había visto en su vida al general Aramburu Topete, y relató que cuando llegó al Congreso ya se había formado alrededor del edifico un cordón, y ordenó a sus hombres que impidieran alteraciones del orden fuera del edificio. "Al poco llegó un general de uniforme (luego supe que era Aramburu) y me preguntó quién me mandaba. Como yo no lo sabía, no le contesté. El general ordenó a mis guardias que subieran a los autobuses y a mí me dijo lo mismo. Me quedé parado, y el general ordenó a un teniente coronel que me arrestara".

El director general de la Guardia Civil, general Aramburu Topete, en su declaración como testigo en la vista del juicio, dijo, a preguntas del abogado del procesado, Pedro Lifián, que cuando llegó al Congreso el 23 de febrero de 1981 ordenó al capitán Román que retirara las fuerzas y éste "titubeó y escurrió el bulto". Afirmó que le dijo entonces al capitán procesado que se considerara arrestado y, en compañía del teniente coronel Catalán, marchó a la Dirección General. Preguntado por el abogado sobre si se había identificado como director general de la Guardia Civil, el general Aramburu dijo que a todos los miembros del cuerpo que se iba encontrando les decía: "Soy el director general de la Guardia Civil, ¡obedézcame!".

Asimismo, Pedro Liñán preguntó al testido si le había dado la impresión de haber sorprendido al capitán Román y de que éste no cumplimentara su orden porque no sabía a qué había ido allí, a lo que el general Aramburu Topete contestó: "Es igual. Lo primero es cumplir ante todo una orden de un superior, y sobre todo si el superior es el director general del cuerpo al que uno pertenece".