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El arte de Robert y Sonia Delaunay, un intento de conexión entre la vanguardia y la vida

Hoy se inaugura una exposición antológica en la Fundación March

"Robert y Sonia Delaunay intentaron y realizaron un arte que se va mezclando directamente con la vida, sin intervención de la política", dice el historiador y crítico de arte Julián Gallego, que esta tarde presentará la exposición antológica del matrimonio Delaunay que se abre al público en la sede de la Fundación Juan March (Castelló, 77), y que se exhibirá hasta el próximo 23 de mayo.

Con esta ocasión, el profesor Gallego dictará una conferencia titulada Los Delaunay, una moral del vanguardismo, en la que, según sus palabras, hablará de la "moral vanguardista de los Delaunay porque lo más admirable de este matrimonio es que deciden seguir una experiencia plástica que no va a ser de laboratorio,. sino de vida y deciden seguirla porque se sienten gente del siglo XX".La exposición ofrece 158 obras en todas las variantes de la fecunda actividad de esta pareja, que además de creadores, cumplieron un papel en la extensión de la vanguardia y su relación con la vida cotidiana, con la decoración, los figurines y las telas, y la concepción de los ambientes. Esta muestra, que además presenta obra de todas las épocas del matrimonio, responde a su biografía en dos sentidos muy importantes: el primero, el de su misma organización, y el segundo, el de la selección de la obra. Ha sido reunida por la Asociación de Acción Artística del Ministerio de Asuntos Exteriores francés para ser exhibida únicamente en Lisboa y en Madrid, y responde esta iniciativa. francesa a los años en que vivieron en Portugal y España, los años que rodearon la primera guerra mundial y que tanto Sonia como Robert Delaunay consideraron siempre como los más felices de su vida.

Así, esta antológica ha sido vista ya en la Fundación Gulbenkian de Lisboa, y a su época portuguesa, como a la española, pertenecen muchos de los cuadros colgados en esta exposición. Críticos como Juan Manuel Bonet señalan la influencia que la luz madrileña y catalana, y la más suave de Portugal, jugó en su concepción del color y su plasmación en series de cuadros y diseños.

Robert y Sonia Delaunay, efectivamente, fueron hijos de una época empeñada en revolucionar el arte para cambiar la vida. El profesor Julián Gallego señala que "su obsesión fue que el arte de vanguardia fuera un bien de uso", y que, en ese sentido, "se apartaron de las vanguardias de elite, empeñadas en investigar una dirección nueva del arte, pero un poco al margen de su proyección pública". Ambos nacieron en1885, él en París y ella en Ucrania, Rusia, y los dos coincidieron en los círculos vanguardistas franceses desde que se conocieron en 1907. Apollinaire anunciaba a Robert Delaunay como el introductor del color en el cubismo.

Muerto Robert Delaunay en 1941, Sonia le sobreviviría hasta 1979, continuando una intensa labor creadora, no sólo como pintora, sino también en una actividad que confirmaría, obligada por necesidades económicas, además de vocacionales, en su estancia en España: la de figurinista y diseñadora, la de la aplicación de sus teorías sobre la luz a la decoración, las telas y los trajes', que comenzara con aquella Boutique Sonia de Madrid y que luego, años después ha sido seguida por tantos artistas.

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