García Carrés lamenta no haber podido participar mas intensamente en el intento de golpe de Estado
Finalizaron ayer, en la 251 sesión de la vista que se sigue contra los 33 -procesados por el intento del golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, los interrogatorios de los tenientes de la Guardia Civil y el del único civil procesado, Juan García Carrés. Los primeros coincidieron en señalar que cumplieron órdenes de su capitán y desconocían, hasta que llegaron al Congreso, en qué consistía la operación para la que fueron reclutados. García Carrés, por su parte, manifestó su disgusto por no haber podido participar más intensamente en la intentona golpista. Hoy está previsto que comiencen a prestar declaración los testigos convocados.
El primer teniente en ser interrogado por el fiscal fue Santiago Vecino Núñez, destinado el 23-F en el subsector de Tráfico, para quien de una pena de cuatro años de prisión y separación del servicio, acusado de participar en la ocupación del Congreso por orden del capitán Abad. Al igual que el resto de los tenientes procesados, Vecino Núñez afirmó que ese día, en el despacho del coronel Manchado, Tejero les explicó que había que prestar un servicio, querido por el rey y mandado por Milans y Armada, que ese día comería en la Zarzuela.Como quiera que ninguno de los restantes abogados quiso preguntar al procesado fue llamado a declarar el también teniente de la Guardia Civil Vicente Carricondo Sánchez, destinado el 23-F en la primera comandancia móvil. A este respecto dijo que éste oficial le ordenó a las 17.15 horas del 23-F cambiarse de uniforme y ponerse el traje de paseo, porque tenían que prestar un servicio que dijo le había sido encomendado por la Dirección General de la Guardia Civil. En compañía de los hombres del escuadrón de la comandancia móvil, montó en un autobús que les llevó al Congreso.
A preguntas de su abogado, Santiago Segura, el teniente Carricondo reconoció que es el oficial más joven y con menos antiguedad de los procesados, concretamente siete meses cuando fue detenido, y que el del 23-F era el primer servicio de su vida militar como teniente. Dijo que el capitán Muñecas le parece un excelente oficial, con gran prestigio en la Guardia Civil, que se hace querer y respetar.
Concluido el interrogatorio del teniente Carricondo, el presidente del Tribunal levantó la sesión hasta las doce del mediodía.
La sesión se reanudó luego con el interrogatorio del único civil procesado, Juan García Carrés, para quien el fiscal pide una pena de diez años de prisión y suspensión de todo cargo público, profesión, oficio y derecho a sufragio durante ese tiempo. Está acusado de poner en contacto al teniente coronel Mas Oliver, ayudante de Milans, con Tejero, y de haber hablado con este teniente coronel una vez ocupado el Congreso, con el propósito de animarle a mantener su actitud.
Dijo el declarante, a preguntas del fiscal, que conocía y era amigo personal de Milans aproximadamente desde la época en que éste fuera jefe de la División Acorazada Brunete. Afirmó conocer también con anterioridad al 23-F a Tejero, de quien dijo que es un gran español. Precisó que el teniente coronel fue a verle a finales de mayo de 1980 para expresarle su preocupación por un proyecto de ley, remitido por el Gobierno a las Cortes, por el que la Guardia Civil podía perder su condición de cuerpo militar. Afirmó García Carrés que le propuso a Tejero la presentación de una proposición de ley en sentido contrario, avalada por 500.000 firmas, y luego se fueron a ver al director del periódico El Imparcial, Juan Plá, para explicarle que iban a iniciar una campaña en ese sentido. Declaró que el propio Plá acogió bien la idea y les ofreció su apartado de correos para que se recibieran allí las firmas.
Preguntado por el fiscal, García Carrés manifestó que Tejero nunca le habló de sus aspiraciones políticas, y que él ha sido y es falangista ("Yo no he cambiado de camisa") y siempre ha tenido inquietudes militares. "Además", indicó, "debía tenerlas cuando Su Majestad el Rey me concedió la Gran Cruz del Mérito Militar".
Conoce a Mas Oliver
Declaró García Carrés que conoció al teniente coronel Mas Oliver con motivo de la campaña de recogida de firmas y que almorzaron juntos, no, como cree el fiscal, en un restaurante de la calle de Hermosilla de Madrid, sino en el mesón Gerardo, de la calle de Don Juan Ramón de la Cruz. Dijo que le preguntó a Mas Oliver si quería conocer a Tejero, que era quien impulsó la campaña.
-Fiscal: Entonces, en la sobremesa de esa comida que celebraron ustedes en el mesón Gerardo, se conocieron el teniente coronel Mas Oliver y el teniente coronel Tejero...
-García Carrés: Sí, y además se conocieron con un solo objetivo: la Guardia Civil.
Declaró el procesado civil que Tejero le habló en alguna ocasión de la compra de autobuses a una familia vasca que había venido a Madrid porque estaba amenazada. Luego, a una pregunta del fiscal, García Carrés indicó que supo, tras una llamada a Valencia para hablar con Mas Oliver, que éste tenia un piso en el número 18 de la calle del general Cabrera.
-Fiscal: ¿Asistió usted a alguna de las reuniones que el teniente coronel Tejero y el teniente coronel Mas celebraron en Madrid, desde que usted les presentó y hasta el 23 de febrero?
-García Carrés: No. Ni conocía que existieran esas reuniones.
-Fiscal: Aunque era amigo de Tejero, ¿no sabía nada de esto?
-García Carrés: Yo era también un amigo del hijo de Largo Caballero, y, desde luego, éste no me hablaba de cosas socialistas.
García Carrés lamenta no haber podido participar de forma más activa en el intento de golpe de estado
-Fiscal: ¿Cómo apareció usted el día 18 de enero en el piso que el teniente coronel Mas Oliver tenía en la calle del general Cabrera?-García Carrés: Yo le había llamado a Valencia, porque tenía que ultimar con él unos detalles relativos a la preparación de unos festivales que se iban a celebrar en la capital del Turia. Como me dijeron que estaba en Madrid, y para ahorrarme el viaje a Valencia, fui a verle a la casa donde me habían dicho que vivía. Entré, le expliqué las razones de mi visita, le di incluso una lista de los posibles actuantes en el festival de Valencia, y nada más. Todo eso ocurrió a la hora de comer.
Palabras candentes
-Fiscal: ¿Vio usted que estuvieran en esa casa otras personas?
-García Carrés: No. Lo que si pasó es que, al rato de estar yo charlando con el teniente coronel Mas Oliver, llegó el teniente general Milans, pero no de fuera de la casa, sino de una habitación interior. Le expliqué, entonces al teniente general Milans del Bosch los motivos por los que estaba allí, y tuvimos unas palabras candentes.
-Fiscal: ¿Y no le dijeron a usted que se fuera, porque iba a celebrarse una reunión sólo para militares?
-García Carrés: No. Cuando estuve hablando con el teniente general Milans del Bosch, el teniente coronel Mas Oliver, que había salido, volvió a entrar y le dijo a Milans que le esperaban. Yo me despedí, por cortesía, y me marché.
Dijo García Carrés que no vio allí ni a Tejero ni a Torres Rojas, y que durante su estancia en el domicilio de Mas Oliver no escuchó hablar ni del grupo de los coroneles ni de la solución Armada.
Según consta en el sumario, el día 21 de febrero, Tejero y el comandante Cortina se reunieron en la cafetería del hotel Cuzco, desde donde ambos fueron a un piso de la calle del Pintor Juan Gris, donde se entrevistaron con Armada. Tanto este general como Cortina niegan que asistieran a esta reunión en contra de lo que sostiene Tejero. El fiscal preguntó a García Carrés si tenía noticia de esta reunión y si era cierto que fue él quien llevó a Tejero a la cafetería del hotel Cuzco, a lo que el procesado contestó afirmativamente. Dijo que Tejero le pidió que le llevara al mencionado hotel porque tenía que reunirse con un amigo, y accedió. Añadió que le dejó en las inmediaciones del hotel y Tejero le pidió que llamara a Mas a Valencia y le dijera que él se había reunido con unos amigos.
-Fiscal: Su presencia en los momentos más claves de los acontecimientos me hace pensar que usted estaba al tanto de todo. ¿Es así?
-García Carrés: Perdone, pero discrepo de usted, señor fiscal. Si me hubieran invitado a participar en ello, desde luego hubiera participado con todas mis fuerzas. A mí, el teniente general Milans y el teniente coronel Tejero no me hablaron de lo que estaba preparándose, y lo lamento.
Declaró el civil procesado que se enteró de la ocupación del Congreso por la radio, y que se enteró más tarde que era Tejero quien mandaba las fuerzas que realizaron la acción porque le llamó él.
-Fiscal: ¿A qué hora le llamó?
-García Carrés: La primera llamada de Tejero fue mucho antes del mensaje del Rey. Me telefoneó porque estaba muy preocupado por su familia y me pidió que dijera a su esposa que estaba muy tranquilo. Yo llamé por otro teléfono a su mujer y uní los dos auriculares para que ellos hablaran.
Negó luego que él dijera en ningún momento a Tejero que iban para el Congreso los regimientos de Pavía y Villaviciosa.
-Fiscal: ¿Fue usted el enlace de Tejero con el exterior, a la vista de que a él le habían sido cortadas las comunicaciones?
-García Carrés: El a lo mejor pensó que podía yo ser su enlace, pero, desde luego, no me lo dijo. Que conste que lo hubiera hecho con mucho gusto. Lo que lamento, señor fiscal, es no haber podido participar mas efectivamente en toda la operación.
A preguntas del fiscal, García Carrés manifestó que a última hora de la noche del 23-F le llamó el periodista Juan Pla para que intercediese ante la mujer de Tejero para que ésta le prestara a uno de sus hijos para ir al Parlamento a hablar con su padre. "No puedo decir aquí, por respeto al Tribunal, lo que le respondí", afirmó el procesado. "Fueron palabras muy duras".
El presidente reconviene a García Carrés
Siguió luego afirmando el fiscal que creía que fue Carrés quien propició la reunión de la calle del General Cabrera y facilitó la entrevista entre Cortina y Tejero el 21 de febrero, y hablo tres veces con Tejero durante la madrugada del 24 de febrero para animarle a que continuara en su actitud y no cediera.
-García Carrés: Siento mucho respeto por el señor fiscal y tengo que decirle que yo también, como él, busco la verdad. Pero deducir, como hace usted, que en el almuerzo en el restaurante Gerardo se empezó la: operación del asalto al Congreso es una equivocación. Porque ese almuerzo se celebró en julio de 1980, y para entonces el presidente del Gobierno decía que iba a permanecer en el poder hasta el año 2000. Por tanto, difícilmente podía pensarse en tomar el Congreso de los Diputados durante la sesión de investidura.
Le interrumpió en ese momento el presidente del Tribunal para decirle que se ciñera a lo que se le preguntaba y no hiciera otras consideraciones.
Una breve polémica se suscitó luego entre el defensor del procesado, Adolfo de Miguel, y el fiscal, cuando el primero acusó a éste de excederse en el celo en el interrogatorio a su defendido, y la acusación pública pidió al presidente del Tribunal que declarara improcedente el alegato del letrado.
-De Miguel: En su campaña de recogida de medio millón de firmas en favor del carácter militar de la Guardia Civil, ¿le ayudó el director general de esa institución?
-García Carrés: Sí, en parte sí, pero ¿puede explicarlo?Le interrumpió otra vez el presidente del Tribunal para decirle que no hacía falta. Pese a ello, García Carrés dijo que el director general le ayudó en los dos primeros festivales pro-Guardia Civil, pero en el tercero, que fue en Bilbao, ordenó a los guardias civiles que no asistieran. A una pregunta de su defensor, García Carrés dijo que fue maltratado en la cárcel y que incluso le prohibieron hablar por teléfono con su padre, que acababa de ser operado.
A las 13.40 terminó el interrogatorio de García Carrés, el último de los procesados en prestar declaración. El presidente del Tribunal levantó la sesión hasta las 10.00 de hoy, en que está previsto se inicie la toma de declaración a los testigos.
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