Hoy puede aprobar el Consejo de Ministros la reestructuración de la industria de componentes electrónicos con fuertes subvenciones

Subvenciones de hasta un 20% de las inversiones que se realicen, con un tope para éstas de 700 millones de pesetas, crédito oficial y aplazamientos de las deudas tributarias y a la Seguridad Social son tres aspectos destacados del Plan de Reconversión para la Industria de Componentes Electrónicos que está previsto sea aprobada hoy por el Consejo de Ministros. El Plan, que puede afectar a numerosas empresas, está dirigido fundamentalmente a los grupos industriales Piher, Bianchi y Fagor.Estos tres grandes grupos, que cuentan una tecnología propia nada desdeñable (aunque no suficientemente desarrollada) en un sector de futuro, perdieron en 1981 alrededor de 4.000 millones de pesetas; pero las pérdidas acumuladas de ejercicios precedentes son muy superiores. La crisis económica general, un tamaño y estructura inadecuados en las empresas y la fuerte competencia del sureste asiático explican la difícil situación, que el Plan de Reconversión pretende subsanar, a que han llegado Piher, Bianchi Condensadores y Fagor. Estos tres grupos dan empleo a unas 4.000 personas. El sector de componentes electrónicos, según recoge la propuesta de decreto que hoy será estudiada por el Gobierno, desarrolla una actividad industrial básica, tanto por la diversidad de sus fabricaciones (que van desde los semiconductores hasta los tubos de imagen de televisión) como por la amplitud de sus aplicaciones (de los bienes de consumo hasta los bienes de capital) y su nivel tecnológico.

El esfuerzo necesario para llevar adelante este Plan, que evitará la desaparición de estas industrias, será compartido por el Estado, accionistas y trabajadores, condicionándose la aplicación de las ayudas contempladas al cumplimiento por las partes de los objetivos, comportamientos y esfuerzos asumidos en el Plan presentado a la Administración.

La aplicación de esta reconversión se extiende a las empresas fabricantes de componentes electrónicos activos discretos de tipo semiconductor (diodos, transistores, tiristores, entre otros) y a las empresas fabricantes de componentes electrónicos pasivos siguientes: resistencias, potenciómetros y condensadores.

Con carácter excepcional podrán también aplicarse las medidas del Plan a industrias fabricantes de otros componentes cuando la propia empresa haya desarrollado la tecnología correspondiente a los mencionados componentes.

Los objetivos del Plan son la consolidación de las empresas españolas de componentes, la potenciación del sector (mejoras tecnológicas, racionalización de la producción, incrementos de productividad) y la concentración y colaboración entre fabricantes para conseguir mejores rendimientos y facilitar una mayor exportación.

El Plan, que fija diversos beneficios fiscales para las empresas acogidas, autoriza en determinadas condiciones un aplazamiento de la deuda tributaria durante seis años, incluidos dos de carencia, contados desde el 1 de marzo de 1981. También podrán ser aplazadas durante seis años las deudas a la Seguridad Social anteriores al 1 de marzo de 1981, siempre que las empresas estén al corriente de las deudas tributarias y de la Seguri-

En cuanto a subvenciones, la suma de éstas (indicada al comienzo de este artículo) y los créditos oficiales que se disfruten (hay previstos 2.000 millones) no superarán en ningún caso el 70% del valor de la inversión.

El Plan contempla asimismo ayudas del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial y subvenciones a cargo del presupuesto del Ministerio de Industria y Energía para reconversiones de empresas en sectores en crisis. Las subvenciones para inversión concedidas en virtud de medidas de política regional serán compatibles con las otorgadas por este Plan, siempre que la suma de ambas no supere el 30%,

En el ámbito laboral, el Plan otorga ayudas equivalentes a la jubilación para quienes cesen por aplicación del mismo y cuenten con sesenta o más años.