Difícil sucesión para los numerosos cargos que tenía el cardenal Felici
El cardenal Pericle Felici, muerto por infarto de miocardio el pasado lunes,a los 71 años de edad, era una de las figuras mas célebres y populares de la curia romana. El fue quien anunció al mundo el nombre de los dos últimos papas electos: Albino Luciani y Karol Wojtyla. El papa en persona celebrará mañana el funeral, con gran solemnidad, en el altar de la confesión de la Basílica de San Pedro, con la asistencia de todos los cardenales y obispos presentes en Roma.El cardenal Felici era el prefecto de la signatura, es decir, del tribunal supremo de Iglesia católica. Desde hacia quince años ostentaba la presidencia de la comisión pontificia para la revisión del código de derecho canónico, una ingente mole de trabajo que había entregado recientemente a Karol Wojtyla y que el papa deberá firmar en breve. Los últimos años de este popular cardenal, marcadamente conservador, que consideraba el Vaticano II como un barniz de modernidad mas que como un cambio profundo de la mentalidad de la Iglesia, se consumieron en la elaboración de esta nueva ley.
El problema que se plantea a la muerte de Felici es el de la sucesión, por mor de los innumerables y delicados cargos que había ido acumulando año tras año. Esta será una prueba importante para el pontificado de Juan Pablo II. Los cardenales de la Iglesia, tras la muerte de Felici, son en la actualidad 123 (solo 33 italianos), de los cuales 108 tiene derecho a elegir papa pues los 15 restantes han superado los 80 años. El cardenal Felici veraneaba habitualmente en España, en la residencia que tienen en Bañolas, Gerona, las señoritas operarias parroquiales de Magdalena Aulina, donde sufrió hace dos años un infarto de miocardio.
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