El Ejército y sus problemas

( ... ) Pero con ser importantes los cambios a que estos pases den lugar, ha habido un reciente ascenso, el del general Luis Pinilla, durante casi cuatro años director de la Academia General Militar, cuya sustitución puede tener una mayor importancia política, aparte de la que tenga en el organigrama militar propiamente dicho. Ha sido unánime la consideración de que el general Pinilla ha llevado un espíritu sereno y democrático a la Academia General, y se opina en los ambientes políticos más adeptos a la norma constitucional que esa labor debe ser continuada. Recordemos algunas frases del idearío que ya el primer día, en su toma de posesión como director general de la Academia, dibujaban a un jefe de nuevo cuño.En la orden extraordinaria del 31 de agosto de 1979, el general Pinilla esbozaba la imagen de un "oficial más abierto", "formado en un espíritu más amplio de las Fuerzas Armadas", "en un mayor contacto y conocimiento con la realidad nacional, social y militar, ya que no somos un ente aparte, sino una parte de estas mismas realidades". Quería el general Pinilla un futuro oficial "imbuido de que nuestras Fuerzas Armadas no existen por sí y para sí, sino en función de la nación española, de nuestra sociedad, del pueblo español", porque "ser oficial no es un privilegio personal, sino un título y función social otorgados por la sociedad, de tal modo que estamos obligados a devolverle el prestigio que la misma nos otorga con el mando y empleo". Y todo ello porque el pueblo español espera un Ejército efectivo para la defensa nacional, escuela de hombría y ciudadanía, un Ejército vivo, abierto y próximo".

20 de marzo