El PCE asturiano rechaza la oferta del PSOE para el Gobierno regional
El Partido Comunista de Asturias (PCA) ha rechazado la nueva oferta de negociaciones efectuada por el PSOE, dirigida a evitar que UCD consiga la presidencia del consejo de gobierno regional, de la misma manera que obtuvo la de la junta general del Principado -parlamento-, con los votos de AP, y el desacuerdo de la izquierda.La dirección socialista asturiana reanudó ayer, sin éxito, las gestiones con el PCA, con una oferta global que eludía cualquier pronunciamiento aislado sobre la participación de los comunistas en el gobierno, pero éstos exigieron, como condición previa a la continuación del proceso negociador, un ejecutivo de izquierda con miembros del PCA.
El PSOE ofreció al PCA un reparto de áreas de poder, tales como los consejos de administración de las empresas públicas radicadas en Asturias, Hunosa y Ensidesa; en el centro regional público de RTVE y en la Caja de Ahorros, pero se mantuvo firme, con el respaldo de la ejecutiva federal, en su decisión anterior de formar un gobierno monocolor, sin comunistas. Esta propuesta ha sido radicalmente rechazada por al dirección del PCA, apoyada por Santiago Carrillo, que ha denunciado al PSOE de pretender regalarle enchufes en vez de afrontar con la seriedad que exige el caso la formación de un gobierno de izquierdas, que tendría un respaldo parlamentario suficiente frente al bloque formado por UCD y AP.
Las relaciones entre las ejecutivas regionales del PSOE y del PCA se han deteriorado considerablemente desde el acto constitutivo de la junta general del Principado, cuya presidencia consiguió UCD gracias al desacuerdo existente entre los dos partidos de la izquierda. El PSOE aseguró haber ofrecido su apoyo al PCA para que un comunista fuera elegido presidente de dicha junta general, a cambio de sus votos en el pleno que investirá al presidente del gobierno del Principado. El PCA negó posteriormente que tal oferta hubiera existido en la realidad e inundó los pozos de las cuencas mineras -donde existe una fuerte rivalidad y un gran equilibrio de fuerzas entre CC OO y el SOMA-UGT- de octavillas en las que responsabilizaba al PSOE de la pérdida de la presidencia de la asamblea regional por su actitud antiunitaria. Dichas octavillas ponían especial énfasis en las declaraciones de Rafael Fernández, candidato socialista para presidir el Gobierno y de otros dirigentes de la Federación Socialista Asturiana en las que descartaban la inclusión de los comunistas.
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