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El producto interior bruto creció sólo un 0,4% en 1981, según las cifras del Banco de España

El crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en 1981 fue del 0,4%, algo más de un punto por debajo de la cifra registrada en 1980, según los cálculos realizados por el Banco de España y presentados ayer a la comunidad bancaria internacional en Basilea por el profesor Luis Angel Rojo, director del servicio de estudios de la entidad. El mal comportamiento de la economía durante el pasa do año, que puede ser incluso inferior en las cifras que facilitará en los próximos días el Instituto Nacional de Estadística (INE), es atribuíble, fundamentalmente, al mal año agrícola, ya que el PIB no agrícola registró un incremento del 1,3% en el mismo periodo, casi el doble del 0,7% que se registró en 1980. Por otro lado, 1981 terminó con un saldo de parados que se acerca a la cifra de dos millones (1.988.200), según la Encuesta de la Población Activa (EPA).

Las estimaciones del Banco de España son, sin embargo, algo más pesimistas que las realizadas, no más terminar el año, por el Ministerio de Economía. Estas estimaciones, que rondaban el 1%, están siendo revisadas a la baja en dicho departamento y, al parecer, se sitúan ahora mucho más próximas a las del informe de coyuntura que se ha presentado en Basilea y a las que se facilitaron, hace unas semanas, a la misión de la OCDE que visitó España para elaborar su informe anual.Pero, pese a esta aceptación de la realidad sobre el comportamiento de la economía española en el pasado año, el mínimo porcentaje de crecimiento del PIB contrasta, ampliamente, con las estimaciones que ha realizado la Asociación de la Banca Privada (AEB) y algunos servicios de estudios de entidades privadas de crédito, según apuntan algunos expertos. En este sentido, Rafael Termes, presidente de la AEB, señaló en una conferencia pronunciada en Sabadell a mediados de febrero que el crecimiento del PIB había sido negativo en 1981, situándolo entre un menos 0,7% y menos 1 %.

Cierta reanimación

Por otro lado, medios económicos oficiosos estiman que ese pequeño porcentaje de crecimiento en 1981 no es una cifra mala, habida cuenta que es atribuíble en gran medida al mal año agrícola que fue el pasado por culpa de la irregularidad de las condiciones climáticas. En ese sentido basta recordar que el PIB no agrícola, según el informe ya citado, experimentó el pasado ano un crecimiento del 1,3% cuando, en 1980, fue tan sólo del 0,7%. En esa misma línea, el aceptable crecimiento del PIB en 1980 fue resultado del buen año del sector primario, quizá uno de los mejores de la última década.

A juicio de expertos oficiosos que han analizado estas cifras, junto a las facilitadas ayer por el Instituto Nacional Estadística, relativas a la Encuesta de Población Activa (EPA), se está produciendo una ligera reanimación económica, cuyo alcance sólo podrá cuantificarse en los próximos meses. Aparte de la favorable evolución de los precios del petróleo existen otros datos coyunturales que confirman un cierto optimismo, aunque quizá haya que modificar a la baja, tal como están haciendo la mayoría de países europeos, las previsiones apuntadas a principios de año por el vicepresidente segundo de Gobierno y ministro de Economía, Juan Antonio García Díez, en las que se esperaba para 1982 un crecimiento del 3%.

Los datos sobre población activa y desempleo real que facilitó ayer el Instituto Nacional de Estadística señalan que la primera magnitud se incrementó en 32.100 personas en el cuarto trimestre de 1981 hasta totalizar 12.918.900 personas. Este aumento se ha interpretado en medios responsables como una vuelta al mercado del trabajo de aquellas personas que, desanimadas anteriormente por sus fracasos, se sienten atraídas por un panorama más esperanzador.

Aún así, la propia EPA revela que el número de desempleados sigue creciendo, hasta totalizar la cifra récord de 1.988.200 personas, con un aumento de 91.100 parados más sobre los datos del tercer trimestre. A finales del año, la tasa de desempleo era del 15,39%. El dato positivo en esta estadística se fundamenta en la disminución del ritmo de crecimiento de los parados, hecho éste que se produce por segundo trimestre consecutivo. Hay que señalar, a este respecto, que el número de empleos perdidos en el último trimestre de 1980 fue de 174.000, es decir casi el doble que en el mismo periodo de 1981. Para algunos expertos este frenazo en el descenso de la pérdida de empleos es un factor alentador.

En cualquier caso, la cifra de parados en España ronda peligrosamente los dos millones e incluso la supera si se tiene en cuenta los activos marginales, estimados por la propia EPA en 82.700 personas a finales de 1981. Por sectores es el industrial el que continúa echando gente a la calle, aunque esto quizá se deba al efecto de los procesos de reconversión que se están realizando, especialmente al efecto indirecto de los mismos. En el último trimestre el paro en dicho sector aumentó un 12,5%.

En cambio, el sector de la construcción está mostrando una notable recuperación, también por segundo trimestre consecutivo, y hasta está incluso generando empleo ya que el nivel de paro descendió un 4,14%.

El sector servicios, por el contrario, del que se esperaba en las estimaciones primeras un mejor comportamiento, no da muestras de una mejora significativa, aun que no se comportó tan mal como el industrial. En el sector agrícola, se mantuvo el nivel de empleo en el citado trimestre.

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