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Relanzamiento industrial y reducción del gasto público, objetivos del nuevo presupuesto británico

Andrés Ortega

El canciller del Exchequer británico, sir Geoffrey Howe, presentó ayer ante la Cámara de los Comunes un Presupuesto para 1982-83 que se puede calificar de neutral, en línea con la firme política económica del Gobierno de Margarette Thatcher. Aunque aumentará ligeramente el gasto público, lo más destacado es que éste ha sido un presupuesto para la industria", señaló Howe. Las industrias se beneficiarán de algunas medidas y los consumidores tendrán que pagar más por su tabaco, bebidas alcohólicas y gasolina.Howe señaló en un discurso de casi dos horas de duración que el gasto público para 1982-83 totalizará 114.900 millones de libras (21,8 billones de pesetas) a precios reales, es decir, unos 350 millones de libras más que el año pasado. Una cuarta parte del Presupuesto está destinada a la Seguridad Social.

Con el déficit presupuestario en línea con su objetivo, el Gobierno se propone reducirlo este año a 9.500 millones de libras, es decir, un 3,5% del producto interior bruto británico que Howe calcula aumentará en un 1,5% en 1982-83.

Intentando relanzar la economía británica y satisfacer los deseos de su industria, Howe anunció un recorte de un 1% en la contribución a la Seguridad Social que pagan las empresas por sus empleados, un ahorro de 170.000 millones de pesetas para las industrias que el canciller espera no se irá en aumentos salariales. Otra medida que favorecerá a la gran industria será el establecimiento de precios especiales para los grandes consumidores de electricidad, gas y carbón, y una ayuda especial de 25.000 millones de pesetas para fomentar la introducción de nueva tecnología.

Howe reconoció que la oferta monetaria en Gran Bretaña había crecido más rápidamente de lo que esperaba, previendo que aumentará entre un 8% y un 12% en los próximos doce meses, durante los cuales se introducirán nuevas medidas para su control.

El Gobierno no ha variado el Impuesto sobre el Valor añadido (IVA), actualmente un 15%, pero ha aumentado la imposición sobre productos especiales, en proporción a la inflación de un 12% de este año (y que se prevé que bajará por debajo de un 10% a finales de 1982). Tabaco, gasolina y bebidas alcohólicas han subido, pues, de precio, si bien el aumento experimentado por el whisky ha sido menor que en otros productos, respondiendo así a las presiones de esta industria escocesa.

En cuanto a las pensiones, jubilaciones, Seguridad Social y desempleo, Howe ha decidido aumentarlos en un 11 %, (lado que en el último presupuesto se habían quedado estancados cuando la inflación había seguido creciendo. Este año el Gobierno no establece una subida de los impuestos directos, que alcanzan un nivel del 30%, si bien ha aumentado, de nuevo con la inflación y en contra de lo que ocurrió el año pasado, las desgravaciones fiscales mínimas.

Tras un severo Presupuesto en 1981, el que ayer presentó Howe puede parecer algo dulcificado. Ha hecho concesiones a la industria, pero se ha mantenido firme en su convencimiento de que su política económica está dando resultados. El Gobierno dará un nuevo empuje a la construcción. Howe espera así que aunque el paro no disminuya -tres millones de personas en la actualidad- si se frene su tendencia a la alza. La política de privatización del sector público se proseguirá.

Aún reconociendo que la baja en los precios del petróleo reduce los ingresos del Estado, el canciller admitió que este hecho supondrá un nuevo empuje para la industria, al reducir sus gastos. El canciller del Exchequer ha aumentado el impuesto sobre los ingresos de petróleo del mar del norte por las compañías, si bien revisará esta complicada estructura impositiva.

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