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El Salvador denuncia la existencia en Mexico de cinco campos para guerrilleros

El ministro salvadoreño de Defensa, general José Guillermo García, y el jefe de la Policía Nacional, coronel Rinaldo López Nuila, denunciaron ayer la existencia en México de cinco campos de entrenamiento para la guerrilla y el envío por parte de Nicaragua de militantes sandinistas para adiestrar y dirigir a los combatientes del Frente Farabundo Martí de la Liberación Nacional (FMLN).

Estas acusaciones, igual que la lanzada el día anterior contra Nicaragua por Alexander Haig, están basadas en la confesión hecha a la policía salvadoreña por un joven, Leónidas Anaxis, de 18 anos, detenido hace doce días en la frontera de Guatemala con el El Salvador y asilado hoy en la Embajada de México.El hecho insólito de que un detenido haya escapado de la policía fue explicado en los siguientes términos: "Anaxis debía entrar en contacto con un tal Jorge, funcionario de la Embajada de México. Al ser llevado a la sede diplomática para comprobar su declaración, fue arrebatado materialmente e introducido en la sede diplomática, según manifestó el jefe de la policía.

La Secretaría mexicana de Relaciones Exteriores publicó ayer un comunicado oficial en el que reconoce que, efectivamente, el pasado 1 de marzo, un nicaragüense, estudiante de la Universidad de Nuevo León (México), solicitó asilo político en la sede diplomática de San Salvador. Según esta nota, el joven habría manifestado que viajaba desde México a Nicaragua en autobús por carecer de recursos económicos y que fue detenido en la frontera salvadoreña bajo la sospecha de estar relacionado con la guerrilla. El habría reconocido esta vinculación para evitar nuevas torturas.

La nota de la cancillería añade que el encargado de negocios de México en San Salvador, Romero Aragón, no permitió la entrada a la embajada de los policías que perseguían a Gutiérrez.

El Ministerio salvadoreño de Exteriores no había hecho ayer ningún pronunciamiento sobre el caso, pese a que los responsables del Ejército insistieron en que el asunto no era ya de su incumbencia, sino de la cancillería.

Los primeros datos proporcionados por el general García en torno al caso han sido confusos y contradictorios, aunque se excusó diciendo que los detalles los tenía el jefe de la Policía Nacional. Según el relato hecho por el coronel López Nuila, la historia se inició el 21 o el 22 de febrero (no pudo precisar la fecha porque la policía recibió al capturado el día 23), cuando fue detenido en el puesto fronterizo de las Filamas un nicaragüense que no pudo explicar el motivo de su viaje a El Salvador y su alojamiento.

Bajo la sospecha de vinculaciones con la guerrilla, fue enviado a la capital. Nacido en Managua en noviembre de 1962, el detenido llevaba pasaporte provisional nicaragüense.

El joven habría confesado a la policía salvadoreña su pertenencia a las estructuras sandinistas, en las que entró en 1978, para formar parte de un foco guerrillero que combatió a Somoza. Después del triunfo de la revolución, participó como voluntario y se integró en la Juventud Sandinista, cuyo jefe le ordenó a comienzos del pasado año trasladarse a México para recibir entrenamiento guerrillero.

Habría entrado en México el 15 de febrero para trasladarse a Salpico, capital del Estado de Cohahuila, donde habría recibido entrenamiento sobre fabricación de explosivos y tácticas de guerrilla. En este campamento habría seis mexicanos, 20 salvadoreños y 14 nicaragüenses. Otros cuatro campamentos similares estarían funcionando en los Estados Zacatecas, Jalisco, Durango, y Chiapas, con apoyo del PRI, partido gubernamental mexicano.

Lo que extraña en todo este caso es la tardanza de la policía en dar información sobre estos nicaragüenses durante los últimos días, pese a que la participación de Nicaragua en el conflicto salvadoreño ha sido una de las armas propagandísticas más utilizadas, hasta el punto de que la captura del teniente Tardecilla, en marzo del pasado año, ha servido hace sólo una semana para alimentar esta acusación.

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