Zarabanda en el Metro
Lo que no puede ser es que a las ocho de la mañana de un día laborable el metro tarde en llegar diez o quince minutos (Legazpi / LVI Oporto / Cuatro Caminos). ¿De qué sirve que cambien la señalización y les pongan colores al asunto si para atreverse a entrar en él tendríamos que ir vestidos con corazas y cascos para no ser agredidos por la gran cantidad de personas que, lógicamente después de este retraso, se acumula?No puede ser que, como norma desde hace unos días, sea un peligro introducirte en el interior del vagón, pues estás arriesgado, aparte de la tensión de nervios, a no poderte apear en tu estación, a recibir golpes por todas partes, a perder los zapatos, chaquetas y hasta medio diente, como en mi caso.
Nosotros, los usuarios, somos los que pagamos, y queremos viajar como las personas, no como animales o sardinas enlatadas; no pedimos ir todos sentados, pero al menos un servicio más frecuente a esas horas y así se evitarían estos incidentes. /
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