Ignacio Gallego critica duramente al CESID

"Tan ocupados debían estar esos servicios en saber que decíamos los parlamentarios, que defendemos la democracia y la Constitución, que no les quedó tiempo de enterarse de lo que hacían los golpistas", ha declarado a EL PAIS el vicepresidente del Congreso de los Diputados, Iganacio Gallego (PCE), en relación con el informe del Centro Superior de Información de la Defensa (Cesid), leído el pasado día 24 en el juicio por los hechos del 23-F.En el citado informe se afirmaba que el propio Gallego había dicho en Valencia que, en caso de golpe de Estado, los comunistas debían de promover asaltos a los cuarteles. "Es un ejercicio lógico de caballo", ironizó el parlamentario comunista, "porque, por lo visto, el único que sabía que iba a haber un golpe de Estado era yo, y además sabía que el golpe iba a tener la cabeza en Valencia". El ministro de Defensa, Alberto Oliart, informará hoy explicaciones a Santiago Carrillo acerca de este informe.

No obstante, Gallego advirtió que el PCE no se daría por satisfecho con cualquier explicación. "Esos rumores huelen que apestan a franquismo y con rumores como estos se han hecho muchas cosas en este país, que más vale no evocar siquiera. Pero lo realmente inquietante es que a estas alturas no sepamos si sus fabricantes siguen en las mismas funciones que tenían, porque lo que sí sabemos es que jefes de esos servicios, que dependen del ejecutivo, están acusados en el proceso".

El dirigente comunista recordó que él ha hablado varias veces en Valencia ante miles de ciudadanos, y que siempre ha planteado la política actual del Partido Comunista de España, "que no tiene nada que ver hoy con pistolas. Hacía muchos años que yo no veía pistolas y metralletas. La noche del 23 de febrero sí las vi, pero en manos de Tejero y los otros". En su opinión, casi podría tomarse a risa si no fuese porque infundios de este carácter pueden llegar al juicio confundidos con auténticas pruebas".

"Es verdaderamente indignante entre el trato, la severidad y la fal ta de humanismo que se aplica a los trabajadores agricolas de Andalucía cuando piden pan y el tra tamiento que se da a unos señores que quieren cargarse la democracia", concluyó Gallego.