Ninguna colaboración
(... ) Nuestro ministro del Interior, hombre que lucha, con denuedo y plurales éxitos, en la persecución de la criminalidad común y la que pretende no serlo, tropieza con un auténtico muro, hosco, sólido, hiriente, levantado por las autoridades de París en el tema de la ETA. No hay medida, pública o solapada, que no se tome allí, si favorece, protege o ampara a esos máximos delincuentes. Las recientes y múltiples concesiones de estatuto de refugiado a varios de ellos constituye un delicado sarcasmo que los españoles no van a olvidar; y la entrevista recién otorgada por un alto funcionario del Quai d'Orsay al huido Lentamendía es el rizo que riza el regalo de amabilidades y respetos a gentes de esa clase. Pocas cosas están más claras en el panorama de nuestras mutuas relaciones que la interesada, por decidida, colaboración gala con los miembros y simpatizantes de la conocida organización. 27 de febrero
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