_
_
_
_
_
Las consecuencias del síndrome tóxico para las embarazadas

Asunción Pérez: "He ido a abortar a Londres; me ha dado mucha pena, pero..."

Asunción Pérez, 27 años, es la única afectada por el síndrome tóxico en su casa, la vivienda de protección oficial número 4.457 del poblado de la Unión Vecinal de Absorción (UVA) de Vallecas. Estaba embarazada de cinco o seis meses -"no se sabe muy bien porque seguía teniendo el período cuando ya estaba de unos tres meses"- y ha abortado en Londres por un importe de 27.000 pesetas a pagar en plazos.Asunción Pérez vive con su esposo, sus dos hijos y un hermano pequeño -"que no cabe en casa de mi madre"-, en la punta extrema de la UVA de Vallecas, donde gran parte de ese conjunto urbanístico ya ha sido derruido y sustituido por casas bajas prefabricadas. Su familia es uno de los ejemplos de la fuerza centrífuga de la gran ciudad. Hace unos años vivía en lo que entonces era la periferia, Portazgo, hasta que de aquella periferia pasaron a la última periferia. Ahora su esposo está también enfermo -"se halla de baja laboral y ha pedido la jubilación"- y, de cara a un futuro de más negra periferia, Asunción Pérez afirma que no tendrá más hijos: "Me voy a hacer la ligadura de trompas. La hacen en el Primero de Octubre a las afectadas del síndrome. Me da miedo tener más hijos. Me da miedo tenerlos por ellos. Usaba anticonceptivos y me fallaron".

Cuando Asunción Pérez supo que estaba embarazada por tercera vez, y ya catalogada como enferma del síndrome tóxico, decidió abortar.

Para esta mujer, la enfermedad había empezado antes del día 1 de mayo pasado -fecha oficial del comienzo del envenenamiento masivo-. "Yo estaba mal, con lo mismo, desde primeros de abril. Al principio se creían que era un cólico nefrítico. En mayo dijeron que era la neumonía atípica y entonces me ingresaron el día 31 en el Hospital Provincial. Allí estuve hasta el día 2 de julio, en que me dieron de alta en ese hospital y me trasladaron a la maternidad de O'Donnell porque ya estaba embarazada".

"En el Francisco Franco me hiceron análisis porque una vez manché mucho, pero daba negativo, y, sin embargo, ya debía estar de tres meses por lo menos", explica. El parte de alta en ese centro hospitalario, firmado por los doctores Rábago y Fernández Pacheco, diagnostica "neumonía intersticial tóxica resuelta, hepatitis B, embarazo de dieciséis semanas".

"En la matemidad estuve unos quince días. Todas las consultas que hice desde el momento en que supe que estaba encinta, tanto en el Francisco Franco como en la maternidad, dieron el mismo resultado, que el niño vendría bien. Más tarde consulté en un centro privado, de planificación, y me indicaron que la cabeza del niño venía muy desarrollada. Pregunté lo que significaba y me dijeron: 'Pues eso, que está muy desarrollada', y me aconsejaron el aborto. En ese mismo centro me pusieron en contacto con una agencia que organiza viajes a Londres para abortar".

El hombre del prospecto y el autocar de españolas

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Asunción Pérez abortó el día 18 de agosto pasado. "La agencia cobra 27.000 pesetas por todo. Yo hasta ahora sólo he podido pagar 5.000 pesetas. Las iré pagando como pueda, aunque sea muy poco a poco".

El aborto se produjo en una clínica londinense diferente a la concertada por la agencia porque dado el presumible avanzado estado de gestación según el indicativo de la fecha en que se detectó, aquélla declinó, si bien indicó otro centro en el que finalmente se practicó el aborto.

"Me fui sola. Me fui pensando que no iba a volver porque estaba muy rnal de salud. Llevaba todos los documentos que exigían y que tuve que presentar: la ecografía los papeles de mi historial en los hospitales, todas las cosas. Al ba jar del avión había esperando un señor que tenía en la mano como un prospecto igual que el billete de avión. Se sabía en seguida que era la persona que te esperaba a ti. Y te subían a un autocar. El autocar se llenó de españolas, todas a lo mismo. Y el autocar va dejando a cada una en su hotel, que está cer a de la clínica. Después de que ya se ha concertado la consulta, en la clínica te piden los documentos, te hacen análisis. Te hablan en castellano. A mí me ingresaron a las cinco de la tarde y acabaron al día siguiente, hacia el mediodía. Me ha dado mucha pena, pero... Luego, un día más en la clínica. Después te recoge un coche y te lleva al aeropuerto".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_