Triunfo de los conservadores en el Colegio de Médicos de Baleares

La candidatura conservadora encabezada por el radiólogo Antonio Alastuey consiguió copar la práctica totalidad de la nueva directiva del Colegio Oficial de Médicos de Baleares en las elecciones realizadas durante todo el jueves en la sede profesional de Palma de Mallorca y que concluyeron a las cuatro de la madrugada del día siguiente.Antonio Alastuey y su candidatura, que contaba con el apoyo del Sindicato Médico Libre de Baleares, que representa un 38% de los profesionales de la medicina en esta provincia, triunfó con toda claridad sobre su oponente, el pediatra Jaime Cifré, representante de los progresistas independientes, quienes sólo consiguieron una de las vocalías de la nueva junta directiva.

Quizá lo más destacable de esta jornada electoral fue la gran afluencia de votantes, tanto por correo como los que depositaron personalmente su papeleta en cualquiera de las dieciséis urnas que, desde las nueve de la mañana y hasta las siete de la tarde, permanecieron abiertas, calculándose que del total de los 1.600 censados acudió a votar el 80%, aproximadamente.

La jornada electoral estuvo marcada por un cierto nerviosismo surgido por los ataques que una y otra candidatura se habían venido haciendo desde diferentes tribunas informativas. Los primeros en romper el fuego fueron los conservadores, quienes acusaron a sus oponentes de comunistas y rojos, ante la indignación de esta candidatura, que respondió con su certificado de no militancia en ningún partido político.

Los ánimos llegaron a encresparse hasta el punto en que el hasta anoche presidente del Colegio de Médicos, doctor José María Sevilla, tuvo que declarar su neutralidad en el tema ante las airadas protestas de parte de los conservadores.

La única vocalía que los independientes de Jaime Cifré han conseguido en estas elecciones fue la de médicos jóvenes, para la que fue elegido el doctor Francisco Homar.

El doctor Alastuey, tras conocer los resultados, manifestó a EL PAÍS el deseo suyo y de sus compañeros de no formular, por el momento, declaraciones de ningún tipo. «Estamos muy cansados», dijo, «después de una campaña de intoxicación y propaganda en la que nos hemos visto inmersos. Ahora debemos serenar los ánimos y disponernos a trabajar lo antes posible. Los medios de comunicación serán los primeros en ser convocados en cuanto hayamos descansado».

Por su parte, el gran derrotado, Jaime Cifré, indicó a este periódico que, a pesar del desánimo que le invadía tras las elecciones, no podía por menos que considerarse el vencedor moral de las mismas. «Hemos perdido en las urnas», indicó a EL PAÍS, «pero hemos ganado en prestigio. Nuestra candidatura se presentó en beneficio de una mejor medicina, y no por cuestiones personales o políticas».