Graves enfrentamientos entre alumnos españoles y marroquíes en el Instituto Marítimo de Vigo

Un enfrentamiento entre alumnos españoles y marroquíes ha obligado a la dirección del Instituto Politécnico Marítimo Pesquero del Atlántico, de Vigo, a adelantar las vacaciones de carnaval y cerrar el centro el jueves pasado, ante la negativa de los setecientos alumnos españoles a incorporarse a las clases, si antes no eran expulsados los veinte marroquíes internados en el instituto.

Según la versión de algunos españoles, los incidentes vienen sucediéndose últimamente por culpa de las continuas provocaciones de que son objeto por parte de los marroquíes, de los que dicen que acuden a las duchas con navajas y desafían continuamente a sus compañeros españoles con gestos obscenos. El ambiente es tenso, sobre todo, entre los alumnos internos, de los que hay trescientos en el instituto entre españoles y marroquíes, además de algunos angoleños.El plante del alumnado autóctono se precipitó al producirse un incidente durante la noche del miércoles al jueves, en el transcurso de un enfrentamiento físico entre un alumno español y otro marroquí, fuera del recinto del instituto. Aunque los orígenes del asunto no están muy claros, parece que el marroquí recibió un fuerte puñetazo por la mañana, en la nariz, lo que le provocó una hemorragia. Dentro del ambiente de tensión que se ha venido viviendo últimamente en el instituto, la respuesta del marroquí se produjo en una nueva pelea que tuvo con otro alumno español, al que intentó agredir con una navaja, después de haber discutido con él.

Entre tanto, el Jefe de estudios del centro insistía en que es preciso serenar los ánimos, al tiempo que afirmaba que hay que tener en cuenta que los marroquíes forman una minoría que puede sentirse acosada en algunos casos, y que también existen provocaciones por parte de los alumnos españoles con prejuicios hacia los marroquíes, a propósito de los problemas pesqueros entre ambos países. Según el secretario del centro, los problemas se reducen a roces de convivencia entre los alumnos internos, puesto que en las clases no han surgido problemas.

Marginados por el idioma

Los estudiantes marroquíes, por su parte, manifestaron ayer que ellos se encuentran pon muchos problemas de convivencia, fundamentalmente por el hecho de que han sido enviados a cursar estos estudios sin conocer el idioma español. Su nivel de titulación al llegar al Politécnico de Vigo es de bachillerato y, según dijeron ayer, se han encontrado con algunos españoles hostiles y pintadas en las paredes del centro dirigidas contra ellos. Por el contrario, delegados de curso españoles manifestaron que las pintadas habían aparecido con posterioridad a los incidentes."Nosotros no tenemos la culpa de los problemas pesqueros entre España y Marruecos", dijo uno de los marroquíes refiriéndose a las alusiones a ese conflicto internacional que han sufrido, y añadió: "venimos seleccionados por la marina mercante de nuestro país a estudiar, nada más". Según varios delegados de curso españoles, estos marroquíes fuman drogas con frecuencia y, cuando están más cargados, terminan por provocar enfrentamientos.

Una vez cerrado el centro, los doce internos españoles que quedaban en el instituto pasaron la última noche en las dependencias de la Casa del Mar, para evitar otros problemas con los veintiún marroquíes instalados en el Politécnico. El problema parece que ha comenzado a resolverse, y, tras la mediación de un funcionario de la Inspección General de Enseñanzas Náuticas Pesqueras, los estudiantes marroquíes serán separados del resto de los alumnos internos, para lo que se les buscará un nuevo alojamiento, al reanudarse el curso. A esa solución se llegó después de rechazar otra propuesta de los delegados de curso españoles, quienes propusieron que fuesen expulsados los marroquíes que a su juicio son más difíciles para la convivencia, lo cual no se realizará. "Hace ya tres años que vienen marroquíes a estudiar aquí y nunca ha pasado esto", dijo uno de los delegados, quien afirmó que el incidente de la noche del miércoles fue "la gota que colmó el vaso".