Que El Salvador sea El Salvador
Cada vez que de Reagan se habla en televisión, en radio o en los periódicos se suceden en la mayoría de las personas dos reacciones conjuntas a la vez que diferentes: la primera es de pena, porque da pena que una persona como Reagan tenga en sus manos el futuro del mundo. Y la segunda, de rabia e impotencia.¿Con qué derecho hace, junto a otros tantos jefes de Estado, un programa sobre Polonia titulado "Dejad a Polonia ser Polonia", cuando no es seguro que exista una clara manipulación exterior y cuando está amenazando con enviar tropas para ayudar al Gobierno de El Salvador porque dice defender el continente del comunismo existente en Cuba y Nicaragua?
Pues sí, Reagan, está bien que Polonia sea Polonia; pero también que El Salvador sea El Salvador, que Turquía sea Turquía y que el mundo sea el mundo./
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