Nuevas dificultades para el canciller federal alemán
A los diez días de haber ganado la moción de confianza en el Parlamento federal (Bundestag), el canciller alemán, el socialdemócrata Helmut Schmidt, se encuentra de nuevo en dificultades. Cada vez son más las agrupaciones regionales socialdemócratas que aprueban mociones contra el rearme atómico de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y el aliado en el Gobierno, el liberal Hans Dietrich Genscher, advierte claramente sobre la posibilidad del final de la coalición socioliberal (SPD-FDP).
Dentro del S PD se aceptó a regañadientes el programa del Gobierno contra el paro, donde muchos puntos encierran medidas claramente antisociales, como la liberación en la subida de los alquileres. Inmediatamente después de la votación de confianza en el Bundestag, algunos socialdemócratas empezaron a declarar que era posible todavía dar algunos toques al programa antiparo.Los liberales reaccionaron inmediatamente para afirmar que lo acordado es intocable y no se puede destruir con palabrería el difícil compromiso logrado.
El astuto ministro de Asuntos Exteriores, Genscher, se abstuvo de intervenir en el Bundestag el día de la votación de confianza, quizá para quedar luego con las manos más libres.
Genscher, que es un maestro del oportunismo político, teme que en las próximas elecciones su partido liberal (FPD) se vea arrastrado en la posible derrota de los socialdemócratas. Los liberales parecen conservar todavía entre el electorado la buena posición conseguida en las últimas elecciones federales, en torno a un 10% de votos.
Ante esta constatación, los liberales quedarían condenados a la oposición, idea repelente para Genscher y los suyos, que han sabido en la historia de la República Federal de Alemania sacar siempre provecho de su posición de partido bisagra.
Genscher parece preparar la posibilidad de una salida de la actual coalición, un final digno, a base de decir que la política socioliberal está en peligro o que la izquierda socialdemócrata no apoya la política exterior del Gobierno.
En este punto, Genscher cuenta con munición suficiente, servida por las diversas mociones aprobadas por agrupaciones regionales del SPD, que cada vez se oponen con más insistencia al doble acuerdo de la OTAN de estacionar los nuevos cohetes atómicos y al mismo tiempo negociar el desarme.
Los escasos avances en las conversaciones de desarme hacen que muchos socialdemócratas duden de la voluntad negociadora de Estados Unidos. Amplios sectores de la base del partido se oponen al estacionamiento de nuevas armas nucleares en la RFA, y así lo hacen constar en mociones para el congreso del SPD, que se celebrará en abril, en Munich.
Esto contradice la política de Schmidt, que unió su destino político con el doble acuerdo de la OTAN. Si el partido le niega el apoyo en este punto, a Schmidt no le quedaría otra salida que dimitir.
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