Washington denuncia en la CSCE el uso soviético de armas químicas
La Admínistración norteamericana desató ayer la guerra ideológica contra la Unión Soviética en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) de Madrid, mediante la denuncia por su embajador, Max Kampelman, del uso soviético de armas químicas, que viola los acuerdos uu Ginebra sobre prohibición de dichas armas de 1965 y 1972.Por su parte, el delegado soviético, Leónidas llitchev, en una dura réplica verbal, calificó la declaración norteamericana como "una provocación mentirosa para justificar la reciente decisión de Ronald Reagan de reactivar la producción de armas bacteriológicas".
El clima de pesimismo que flota en la CSCE, a raíz de los enfrentamientos de ayer en la reunión informal de jefes de delegación, provocó intervenciones de tono moderado en la sesión de la tarde de los representantes de Checoslovaquia, Bulgaria, Rumanía y Malta.
Kampelman aseguró que EE UU decidió, en 1969, abandonar unilateralmente la fabricación de armas químicas y bacteriólogicas, mientras la URSS posee catorce instalaciones dedicadas a la fabricación de este tipo de arma mento y mantiene unos 100.000 ombres pertrechados con estas armas, que han sido utilizadas, siempre según el delegado norteamericano, en Camboya y Vietnam.
llitchev manifestó que "la URSS nunca ha utilizado estas armas", y sí en cambio EE UU en Asia. El embajador soviético afirmó que Norteamérica utiliza "un truco para minar la Conferencia de Madrid", e hizo responsable a Washington de un fracaso de la CSCE.
Existe la sospecha de que la guerra ideológica continúe en el plenario de hoy. EE UU ha decidido finalizar con sus críticas a Polonia para concentrar su denuncia directamente contra la URSS. Un diplomático occidental comentó ayer que "la Conferencia se muere lentamente". Su eventual aplazamiento se ve cada día más lejano, y determinados países neutrales insisten en mantener abierta la reunión de Madrid hasta que se logre un mínimo punto de acercamiento que posibilite el consenso para la prórroga. Hoy se propondrá un calendario hasta el viernes, y Suiza mantiene en el cajón su propuesta de aplazamiento hasta que mejore el clima diplomático.
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