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Reuniones entre Felipe González y los grandes banqueros para conocer el programa socialista de gobierno

Joaquín Estefanía

La probabilidad de unas elecciones generales anticipadas al otoño, y la posibilidad de que éstas sean ganadas por los socialistas, han generado en las últimas semanas una serie de contactos entre la gran banca y el secretario general del Partido Socialista Obrero Español, FelipeGonzález, en los que ambas partes han dialogado, con carácter general, de la coyuntura política, de la crisis del partido en el Gobierno y de la beligerancia de la cúpula patronal en la vida política del país. Otro tema abordado habría sido la política de nacionalizaciones que aplicaría el PSOE de formar gobierno en el futuro.

Durante el mes de enero, Felipe González, acompañado de algunos hombres del aparato del partido como Javier Solana, Enrique Barón, Miguel Boyer, Emilio Alonso, Ernest Lluch, etc., han mantenido almuerzos con los presidentes y consejeros delegados de algunos grandes bancos y del mismo Banco de España. Concretamente se han celebrado almuerzos con Luis Usera, Alejando Albert y Pedro Gamero, presidente, consejero delegado y consejero, respectivamente, del Banco Hispano Americano; José Angel Sánchez Asiaín, presidente del Banco de Bilbao; Jaime Carvajal y Urquijo y Gregorio Marañón, presidente y secretario director general, respectivamente, del Banco Urquijo; y José Ramón Alvarez Rendueles, Marlano Rubio y Luis Angel Rojo, gobernador, subgobernador y director del servicio de estudios, respectivamente, del Banco de España. Los almuerzos se celebraron en la intimidad de las sedes de los bancos citados. En los próximos días está confirmado que continuarán las reuniones con los más altos directivos del Banco Central y del Banco Popular, concretamente con Alfonso Escámez y Luis Valls Taberner, presidentes de ambos bancos. Por último, el equipo socialista se entrevistará también con el presidente de la Asociación Española dé Banca Privada (AEB), Rafael Termes.

Análisis político de primera mano

Las reuniones se habrían hecho a petición de los socialistas, y remarcadas por el interés de los banqueros en conocer, de modo directo y con información de última hora, el análisis político que de la situación hace el primer partido de la oposición, teniendo en cuenta que este mismo partido podría gobernar tras unas elecciones generales si se cumpliesen los sondeos habituales que hoy circulan en los mentideros políticos y económicos. Esta curiosidad se habría acentuado después de las últimas declaraciones hechas por el líder socialista de evitar las nacionalizaciones en lo posible, en el supuesto de que al PSOE le correspondiese trazar algún día la política económica del país.

Varios de los presentes de una y otra parte en algunas de las reuniones hechas, coinciden en señalar que el diálogo fue de carácter general, y que en ningún momento se planteó el tema de la financiación de los partidos políticos para la próxima campaña electoral. "Felipe González es muy elegante, y sabe que los problemas financieros de los partidos se tratan en otras mesas de negociación y en otras circunstancias", declaró a este periódico un banquero, que expresó las "excelentes relaciones entre su entidad y el propio Felipe González".

El temario que se repitió en la mayor parte de los almuerzos, habría sido una exposición de la coyuntura política del país por parte de Felipe González, con referencias concretas a los problemas que afectan a Unión de Centro Democrático y que dieron lugar a especulaciones sobre la disolución adelantada de las Cámaras e inmediata convocatoria de elecciones generales (fuga de diputados por la derecha e izquierda de UCD); la necesidad de evitar la bipolarización del país en gran derecha e izquierda. A este respecto hay que recordar que en más de una ocasión algunos banqueros han expresado su deseo de "no dejar caer a UCD", por considerar imprescindible su papel de intermediación entre la derecha pura y la izquierda; el tercer punto de referencia tratado habría sido la preocupación del partido socialista ante la creciente beligerancia política de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), que ha dado lugar a tensiones frecuentes en los últimos tiempos. No hemos podido conocer los términos de esta preocupación en las reuniones entre el equipo socialista y los banqueros, ni la respuesta de estos últimos ante la exposición de Felipe González.

Consultados diversos banqueros sobre las reuniones, reiteraron su interés por conocer las posiciones que mantiene Felipe González, calificadas de "muy realistas", y por expresar explícitamente su postura de evitar "políticas de tierra calcinada" y de tender puentes entre la izquierda y los empresarios más reticentes. Por su parte, los socialistas han manifestado haber encontrado "mayor preocupación democrática en los banqueros visitados que en muchos empresarios que todos los días están en los periódicos".

Tensión entre CEOE y PSOE

Sin duda, las anteriores palabras están relacionadas con la tensión que en las últimas semanas se palpa entre los dirigentes de la CEOE y los líderes del PSOE. Ferrer Salat, presidente de la patronal, declaraba el pasado lunes en Sevilla que Felipe González "tenía una concepción franquista de la política", y José Antonio Segurado, vicepresidente de la CEOE, decía en una reciente conferencia en el Club Siglo XXI que "el socialismo español no era Felipe González, sino el socialismo radical de Mitterrand y Willy Brandt".

Así, el secretario general del PSOE no ha manifestado últimamente ningún interés en entrevistarse con la cúpula de la CEOE, como ya hizo repetidamente en el pasado. Sin embargo, sí aceptó la invitación del Círculo de Empresarios a asistir a su asamblea general celebrada el pasado jueves. En ella, Felipe González afirmó que "si las elecciones permiten al PSOE ser el primer partido, yo haré una oferta de mayoría, porque los resultados me indicarán que el electorado así lo desea". Respecto a las nacionalizaciones, indicó que "no tengo especial apoyo a la expresión nacionalización. Hay nacionalizaciones conservadoras y progresistas, y en cada momento responden a un interés político determinado. Sin embargo, no estamos dispuestos a renunciar para siempre a posibles nacionalizaciones. Nadie lo hace ni la derecha, ni la izquierda. Se ha hecho incluso desde gobiernos de UCD y ello no ha cambiado el modelo de sociedad".

Según fuentes del propio Círculo de Empresarios, Felipe González ofreció una imagen de responsabilidad y colaboración con el Gobierno en los grandes temas de Estado. "Estamos haciendo un esfuerzo grande por fortalecer al po der ejecutivo y lo hacemons en las areas de econornia y de politica ge neral".

El líder socialista dijo a los em presarios que "1982 tiene que ser un año de trabajo y sosiego, en el que será muy malo que se paralice la actividad parlamentaria y administrativa por su condición de año preelectoral. Es de lamentar -añadió- que nuestro esfuerzo se pueda ver frustrado por las crisis poco racionales del partido que gobierna, los trasvases de diputados y las elecciones de Andalucía".

En cuanto al futuro inmediato, pidió un compromiso nacional para poner a punto el aparato productivo, recuperar para el mismo el elevado número de desempleados y proceder a la reforma de la Administacción en términos de eficacia.

Estas reuniones del dirigente socialista con empresarios y banqueros son bastante frecuentes desde después de las elecciones de 1979, pero casi siempre se habían producido de modo multilateral. Es decir, contactos entre Felipe González con el "club de los siete grandes", pero no individualmente con cada uno de los banqueros. De este modo se podrán apreciar las diferencias de criterio entre cada uno de los grandes de la banca. Una de las primeras veces que trascendió que los "siete grandes" celebraban almuerzos políticos, fue la de la invitación a Felipe González. Después de aquella reunión, Aguirre Gonzalo, presidente de Banesto -uno de los bancos que no ha previsto en este caso reunión con el PSOE-, hizo declaraciones muy favorables para González.

A mediados del pasado año hubo una cena en un restaurante madrileño al que asistieron Juan Miguel Antoñanzas, presidente de Seat; Manuel Azpilicueta, presidente de Bankunion; Claudio Boada, presidente del Instituto Nacional de Hidrocarburos; Mario Caprile, presidente de FEMSA; José María López de Letona, presidente del Banco de Madrid; Enrique Moya, secretario general del Círculo de Empresarios; y Rafael del Pino, presidente de Ferrovial. Por parte socialista, además de Felipe González, asistieron Joaquín Almunia, Miguel Boyer, Ernest Lluch, Javier Solana y Carlos Solchaga. En dicha cena, el secretario general socialista ya adelantó que a priori "no vamos a nacionalizar nada".

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