La dirección del PSUC, decidida a expulsar a 15 concejales del sector 'prosoviético'
El comité ejecutivo del Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), propondrá al comité central la expulsión de 35 concejales comunistas por su adscripción a las posturas de los dirigentes prosoviéticos. Las nuevas acciones serán ratificadas, con toda seguridad, el próximo domingo, y con ellas finalizará el proceso sancionador iniciado con las medidas adoptadas contra 29 miembros del comité central del PSUC.
Las expulsiones podrían alcanzar el número de cincuenta en caso de confirmarse la adopción de sanciones contra concejales suplentes de las listas del PSUC, igualmente identificados con los prosoviéticos. La dirección del partido ha solicitado la dimisión de las listas municipales a estos últimos, para evitar su paso a las concejalías, una vez cesados los titulares.Las repercusiones de la ruptura del PSUC en el terreno municipal afectan sobre todo a algunos ayuntamientos de las comarcas industriales del Vallés occidental y el bajo Llobregat. En menor grado, las sanciones a los concejales alcanzarán a la comarca del Vallés oriental así como a municipios poco numerosos de Lérida y Tarragona. La provincia de Gerona resultará escasamente afectada por las expulsiones de concejales. Una apreciación distinta plantea la dirección del PSUC respecto al Ayuntamiento de Barcelona, donde el concejal de Transportes, Justiniano Martínez -cuyas simpatías hacia los prosoviéticos son conocidas- continuará en su cargo después de haber renunciado a la militancia en el partido. Fuentes de la dirección del PSUC manifestaron, sin embargo, a este diario, que "el problema del grupo municipal de Barcelona debe solucionarse lo antes posible".
Aunque los dirigentes prosoviéticos han afirmado que "trasladar a las poblaciones los problemas internos del partido tendrá consecuencias muy graves", no es en el terreno municipal donde adquiere mayor gravedad la crisis del PSUC. Mariá Pere, responsable de política municipal de la tendencia prosoviética, señaló ayer a este diario que "la solución del conflicto debe enmarcarse en un acuerdo sobre los programas de cada municipio, dado que la polémica sobre la legitimidad del PSUC no interesa a la población".
Las medidas sancionadoras propuestas por la dirección afectan únicamente a un 10% de los 500 concejales con que cuenta el PSUC. Este hecho no ha sorprendido a nadie, debido a que en una primera reunión, de alcaldes y concejales comunistas de toda Cataluña celebrada en diciembre, fueron gran mayoría los asistentes que se pronunciaron por la continuidad en el partido. La dirección del PSUC, por otra parte, argumenta en favor de las expulsiones que "no se trata de una crisis interna, jsino de la existencia de otro partido con el que se identifican estos 35 concejales. No podemos mantener en los grupos municipales del PSUC a concejales de otro partido".
Una escisión importante
Resulta prematura una valoración de la importancia numérica respecto a la escisión del PSUC, aunque se trata, sin duda, de la más grave en la historia de los comunistas catalanes. La guerra de cifras desencadenada en torno a la entrega de carnés por ambas direcciones, no ofrecerá, hasta la celebración de sus respectivos congresos -el oficial convocado en marzo, y el de los prosovieticos en abril- una imagen definitiva de la situación.Durante las pasadas semanas, versiones antagónicas se han pronunciado sobre la renovación de carnés por las dos posturas enfrentadas. En Santa Coloma de Gramanet, localidad con fuerte implantación de los prosoviéticos, el nuevo comité local encabezado por el alcalde Luis Hernández, repartió 250 carnés en una reunión. Al acto asistieron, según fuentes de la dirección, alrededor de 500 personas. Por el contrario, los prosoviéticos han afirmado que en la misma localidad entregaron 400 carnés.
Ambas cifras se contradicen si se tiene en cuenta que en 1981 Santa Coloma contaba con solo 500 militantes comunistas. Paralelamente, los dirigentes sancionados afirman que "su grupo incide sobre la mitad del partido", mientras que la dirección del PSUC manifestó ayer que "la situación empieza a superarse". El responsable de organización del partido, José María Rodríguez Rovira, señaló en este sentido que "se producen nuevas incorporaciones al PSUC".
La polémica abierta en torno al patrimonio y las siglas d9l partido se agudizará en los próximos días, al proponerse los dos sectores enfrentados iniciar procedimientos judicial en los que reivindicarán ambos la legitimidad histórica y política del PSUC. Tanto la dirección oficial como los prosoviéticos han encargado a un equipo de abogados emprender en muy corto plazo las acciones judiciales pertinentes. Por último, parece probable que el congreso extraordinario del PSUC no registrará cambios importantes en la actual composición del ejecutivo, resultando muy insegura la defensa de la candidatura de Antonio Gutiérrez por parte de los ex banderas blancas, a pesar de las simpatías que Santiago Carrillo viene demostrando por éste.
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