El plan del Insalud sobre hospitales infantiles puede caer en el paternalismo
El plan piloto del Insalud para humanizar los hospitales infantiles españoles, recientemente dado a conocer a la opinión pública, no tiene un plazo fijo de realización y se enfrenta, principalmente, con la dificultad que entraña conseguir el necesario cambio de mentalidad en médicos y demás personal sanitario respecto a su modo de relación con los niños y con los padres, según manifiesta el coordinador del plan, José Arizcun. Por otra parte, dicho plan arranca con deficiencias de planificación psiquiátrica, según la opinión de algún sector de profesionales en esta materia, manifestadas por el doctor José Luis Pedreira.
El pasado día 29 de diciembre fue difundido por el Insalud un resumen del plan de humanización de hospitales infantiles de la Seguridad Social, que se iniciará con carácter de piloto en el área madrileña.La información facilitada por el Insalud ponía el acento, en cuento a las innovaciones de dicho plan, en la revisión de la edad límite de la asistencia sanitaria infantil, actualmente establecida en los siete años, para pasar a fijarla en los catorce. Por otra parte, el plan pretende tambien transformar el ambiente de los hospitales infantiles, adecuándolo a las necesidades y los intereses del niño.
Esta actuación constituye parte de las reivindicaciones efectuadas desde hace varios años por sectores médicos progresistas de la pediatría y la psiquiatría. Lo incipiente del plan, o al menos la esquemática información oficial facilitada sobre el mismo, ha creado una expectativa de duda entre algunos sectores psiquiátricos, área profesional médica esta con la que no se ha contado para elaborar los primeros esquemas del plan.
Algunas observaciones al plan
El pasado 17 de diciembre, en el Colegio Oficial de Médicos de Madrid, se celebró una mesa redonda sobre psiquitría infantil, en la que se abordaron problemas sobre los que pretende actuar el plan del Insalud para la humanización de hospitales infantiles dado a conocer doce días después. José Luis Pedreira, jefe de la unidad de psiquiatría y psicología del Hospital del Niño Jesús, de Madrid, señala un «riesgo de paternalismo que pudiera llevar el plan a un camino equivocado».Para el doctor Pedreira, de la lectura del informe del Insalud se desprenden tres puntos sometibles a una llamada de atención: «No han contado con especialistas psiquiátricos, ni con los representantes del beneficiario de la asistencia, para elaborar el plan; el plan se quiere poner en marcha sin que se haya realizado la nueva sectorialización pediátrica de las urgencias en Madrid, cuestión esta reivindicada desde hace tres años, y no basta con pintar de colorines las paredes de los hospitales para tratar adecuadamente al niño».
José Luis Pedreira señala que «lo primero indica una falta de sensibilización sobre el conjunto del problema; lo segundo hace pensar en un intento de parcheo, y lo tercero refleja que tampoco ahora se va a acometer la asistencia pediátrica desde el enfoque que contempla al individuo (al niño) como una unidad bio-psico-socio-afecti va inmersa. en un entramado socio-económico-cultural-familia determinado, donde la alteración de cualquiera de estos elementos hace que se pierda la salud».
Una nueva sectorialización sanitaria
José Arizcun, jefe del servicio de perinatología del Hospital Clínico, de Madrid, asesor del Insalud y coordinador del citado plan, ha ampliado diversos aspectos de éste a EL PAIS.Explica que el plan de sectorialización hospitalaria de Madrid que funciona desde 1978, se está revisando para hacer una nueva sectorialización. «Se parte, históricamente, de que Madrid es un desmadre en su configuración sanitaria. El área norte tiene todos los equipamientos, a nivel de ubicación, y, a nivel de dotación, Ia descompensaciones son semejantes. Pero nos encontramos con esta realidad y con la setorialización de 1978, que ya es algo. Con ella se intentó dar más camas y mejorar su servicio. La nueva sectorialización, que está prácticamente acabada, tiende a dar una respuesta más coherente a las necesidades actuales».
Ahora, según el doctor Arizcun se tiende a generar una división de Madrid en zonas de salud, con sus correspondientes distritos, de forma que se consiga una fluidez desde la asistencia primaria a la terciaria.
Según Arizeun, el plan de humanización de los hospitales infantiles es consecuencia de la sectorialización de 1978. Los hospitales pediátricos tienen actualmente un bajo índice de ocupación, razón por la que pueden adecuarse a planteamientos más acordes con las necesidades del niño y, al tiempo, al elevar la edad asistencial pediátrica a los catorce años, se consigue un doble objetivo: descargar los hospitales generales y sacar a los niños (de siete a catorce años) del mundo hospitalario de los adultos.
Lo más difícil de la ejecución del plan «será cambiar la mentalidad de los médicos y de los enfermos. Somos conscientes de que este plan implica un cambio de relación entre el personal sanitario y los padres. Tenemos que aprender a sentarnos a jugar con un niño, a escuchar a sus padres».
Se pretenden varios objetivos: que el padre entre al paritorio en el momento del parto; que el niño recién nacido no se separe de la madre; con los lactantes se plantea la duda de si es más conveniente establecer la separación permanente de la madre o la separación cada tres horas; con los niños mayores se tiende a que la madre pueda estar con él el mayor tiempo posible en la zona de juego y convivencia (pero hoy día esto es un dispositivo establecido en muy pocos países, por lo costoso); el niño más gravemente enfermo estará separado de los demás, y su madre estará con él las veinticuatro horas en habitaciones especiales.
«Sin embargo», precisa José Arizcun, «todo esto nos lleva a que lo que de verdad queremos generar es hospitales de estancias cortas. Es decir, que los niños no se hospitalicen. Hay dos fórmulas: los hospitales de día (los niños duermen en sus casas) y la asistencia en el domicilio (lo cual es futurismo)».
Por otra parte, «el plan está en fase de elaboración». Josá Arizcun indica que la comisión gestora del mismo sólo ha tenido una reunión formal. «No se va a excluir la participación de ningún sector implicado o que pueda aportar aspectos sustanciales. Si en un principio en la comisión no se ha integrado la participación de psiquiatras es porque el planteamiento del tema se ha hecho desde un sentido de la realidad, no desde la enfermedad. Los psiquiatras, los padres y los agentes sociales en la educación del niño van a estar también presentes en esta comisión. Estoy de acuerdo en que cualquier actuación paternalista es errónea. Queremos ser realistas, no paternalistas».
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