La guerrilla salvadoreña inutiliza una buena parte de la aviación de combate gubernamental
Una columna guerrillera de unos 120 combatientes atacó en la madrugada del miércoles la base aérea militar de llopango, cerca de la capital salvadoreña, e inutilizó con explosivos entre once y veintiocho aparatos de combate, según las distintas versiones. No hay información oficial de bajas, aunque algunas fuentes aseguran que diez soldados murieron a consecuencia de las explosiones y el tiroteo.El ministro de Defensa confirmó el asalto, pero trató de minimizar sus efectos. Negó que hubiera once naves destruidas, para agregar que los daños "son considerables, pero no tan graves como parece". Por razones de seguridad negó el acceso de la Prensa a la base.
Otras fuentes militares admitieron que se trataba del ataque estratégico más importante de la guerrilla desde que dio comienzo la guerra civil, hace poco más de un año.
Un parte de guerra del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) daba cuenta de que eran veintiocho los aparatos destruidos: seis aviones Fuga Magister de fabricación israelí, ocho aviones británicos Hurricane, ocho helicópteros Huey prestados por Estados Unidos y seis aviones de transporte C-47. De confirmarse esta versión, habrían quedado fuera de combate dos de cada tres aviones de la fuerza aérea salvadoreña.
Otras fuentes más neutrales limitaban a once el número de aparatos inutilizados, incluyendo cuatro de los catorce helicópteros Huey. Un estadounidense que logró entrar en la base conincidió con esta evaluación. Dijo que las cargas explosivas habían dañado puertas y trenes de aterrizaje. "No diría que fueron destruidos", añadió, "pero pasará algún tiempo antes de que puedan volver a volar".
Los aparatos estaban situados en sus respectivos hangares, donde los guerrilleros lograron entrar contando, al parecer, con la colaboración de algunos soldados de la base. El general García negó que hubiera existido colaboración interior, pero varios mecánicos han sido detenidos.
Tras colocar cargas explosivas en los aviones, la columna las hizo estallar por acción remota. A las explosiones siguió un intenso tiroteo que duró cerca de una hora. Sólo dos aviones lograron despegar de la base piara perseguir a los atacantes, sin resultados. Amparados en la oscuridad los asaltantes lograron dispersarse sin sufrir bajas.
Para contrarrestar el efecto moral del ataque, el mando del ejercito informó de que había dado muerte a diecisiete guerrilleros en un enfrentamiento en Tecoluca.
En la capital salvadoreña se ha hecho pública una carta dirigida por los cinco comandantes del FMLN al presidente Ronald Reagan, con fecha 18 de enero. Acogiéndose a los deseos de paz y libertad expresados por el mandatario estadounidense en su mensaje de fin de año, los máximos dirigentes del FMLN piden a Ronald Reagan que modifique su política con respecto a El Salvador y apoye la solución negociada que proponen.
Tras recordar que la lucha del pueblo salvadoreño está motivada por cincuenta años de dictadura militar, se extrañan de que un presidente que se muestra preocupado por la paz apoye a un régimen que es responsable de 30.000 muertes en los dos últimos años incluyendo matanzas de civiles como la ocurrida en Morazán, entre el 7 y el 17 de diciembre, protagonizada por el Batallón Atlacatl, entrenado por asesores norteamericanos.
Este hecho sangriento ha sido comprobado por periodistas occidentales que visitaron la zona y vieron cientos de cadáveres entre los escombros de una aldea destruida. Las cifras de muertos oscilan entre setecientos y novecientos, según hen señalado distintos organismos humanitarios y eclesiásticos.
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