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El Consejo de Europa condena al régimen militar de Polonia

La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, reunida en Estrasburgo, decidió ayer condenar la situación política en Polonia, pero abogó porque se mantenga la ayuda alimenticia, informa France Presse.La resolución del Consejo de Europa, presentada por el diputado neogaullista Jacques Baumel, solicita la abolición de la ley marcial, la liberación de los presos políticos y la reanudación del diálogo social.

Los parlamentarios europeos recogieron la decisión de los responsables diplomáticos de la Comunidad Económica Europea (CEE) del pasado martes y pidieron que prosiga la ayuda alimenticia a Polonia, "distribuida bajo control de organismos no gubernamentales, para que esta ayuda llegue a quienes la necesitan realmente". Los representantes socialistas griegos votaron contra la resolución.

Por otra parte, ayer se informó en Roma de la visita que realizará al Vaticano, el próximo día 4 de febrero, el cardenal primado de Polonia, Jozef Glemp, que estará acompañado por el vicepresidente de la Conferencia Episcopal polaca y arzobispo de Cracovia, Franciszek Macharski.

Juan Pablo II insistió ayer de nuevo sobre la situación de sus compatriotas detenidos y lamentó la perpetuación de este estado de cosas al referirse a las cartas de prisioneros que ha recibido personalmente, "llenas de contenido humano, cristiano y polaco".

La situación interna en Polonia, entre tanto, está dominada por las secuelas del discurso del general Wojclech Jaruzelski el pasado lunes ante el Parlamento (Sejm), que aprobó las medidas de excepción implantadas el pasado 13 de diciembre, si bien los diputados adoptaron una resolución más moderada que el discurso del hombre fuerte del régimen. Incluso se escucharon voces totalmente contrarias al estado de sitio, como la del diputado independiente Karol Malcuzynski, cuya oposición a las medidas represivas fue comentada por Radio Varsovia en una emisión captada en Londres por la BBC.

Un destacado miembro del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP, comunista), el duro Stefan Olzowski, por su parte, declaró ayer al semanario soviético Literaturnaya Gazeta que el sindicato Solidaridad "había estado al servicio de Occidente", y acusó a su presidente, Lech Walesa, de querer adueñarse del poder, informa Efe desde Moscú. Olzowski añadió que antes era imposible atacar a Solidaridad debido a su gran popularidad.

A pesar que las autoridades insisten en la progresiva normalización del país, diversas noticias del interior de Polonia aseguran que la organización clandestina de Solidaridad actúa firmemente en Gdarisk, Varsovia y Wroclaw, al menos. Ayer se informó de las primeras actividades clandestinas del sindicato en Bialystok.

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