La muerte de Mijail Suslov, principal ideólogo del comunismo soviético, favorecerá a los sectores más pragmáticos del Kremlin
El ideólogo del comunismo soviético Mijail Suslov, de 79 años de edad, falleció el lunes por la tarde, en Moscú, a consecuencia de una crisis cardiaca. Su desaparición física rompe el último eslabón que unía al Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) con la era Stalin y abre un período en el que se barruntan cambios que favorecerán a los sectores más pragmáticos.
Suslov accedió a los más altos niveles de poder en 1947, cuando fue nombrado secretario del comité central y director de Pravda. Desde entonces ha flotado sobre todas las purgas y crisis.Especializado en temas ideológicos, carecía de los conocimientos técnicos y económicos necesarios para hacerse con el liderazgo absoluto del partido.
Sin embargo, su papel como albacea de las esencias marxista-leninistas le convertía en hombre clave. Tuvo una participación decisiva en la defenestración política de Nikita Jruschov y en la llegada de Leónidas Breznev al completo liderazgo del PCUS. Nadie pone en duda que de haber sobrevivido a Breznev las opiniones de Suslov hubieran sido nuevamente definitivas a la hora de designar heredero.
La noticia de la muerte de Suslov fue dada a conocer oficialmente a las dos de la tarde (mediodía en Madrid) de ayer por la agencia oficial Tass, que se limitó a anunciarla con el habitual laconismo, sin precisar ni el momento exacto en que se produjo. La radio la fue dando al final de todos sus boletines de la tarde.
Sin embargo, desde primeras horas de la mañana fuentes oficiosas comunistas habían dado a conocer el fallecimiento a diversos medios de comunicación.
Cerca del cuerpo de Lenin
Ayer noche aún se desconocía oficialmente cuándo ni dónde será enterrado el ideólogo del PCUS ni quién leerá su semblanza funeraria. La ceremonia posiblemente tenga lugar el jueves en las murallas del Kremlin, muy cerca de la tumba de Lenin, como se hizo hace tres meses, con ocasión de las exequias del ex jefe del Gobierno Alexei Kosiguin. Hoy, según fuentes oficiosas, su cuerpo podría ser expuesto en una capilla ardiente instalada en la sala de columnas de la Casa de los Sindicatos.La radio y la televisión soviéticas introdujeron ayer por la mañana algunos cambios en su programación, evitando la difusión de música ligera, aun horas antes de que Tass diera a conocer oficialmente la noticia.
Breznev, de 75 años, es ahora el miembro más veterano del Politburó (órgano colegiado del poder soviético), al que pertenece -entonces como suplente- desde el 27 de febrero de 1956. Suslov accedió a este órgano en 1952, después del XIX congreso del PCUS, cuando Stalin incrementó el número de miembros del Presidium.
A juicio de algunos observadores, la desaparición de Suslov favorecerá la introducción de una serie de reformas en el sistema soviético que hasta el momento habían sido frenadas por purismos ideológicos.
Nadie se atreve a fijar quién sucederá a Suslov, pero se cree que, en cualquier caso, la ideología tendrá a partir de ahora un peso menor en el Politburó, abriendo paso al pragmatismo.
Suslov no veía con buenos ojos las medidas liberalizadoras de la economía. Anatemizaba la existencia de un pequeño sector privado y hay quienes afirman que su opinión pesó de manera decisiva a la hora de frenar posibles reformas dentro de la agricultura soviética.
Experimentos renovadores en el terreno económico -como el de Hungría-, político -como en Polonia- o diplomático -la apertura a Occidente de Jruschov- se habrían hecho en contra de su opinión. Desde que en 1944 fue nombrado presidente del buró del comité central del partido lituano, se pudo ver en él un ardiente defensor de la ortodoxia.
Pocos años después -a partir de 1949- tuvo ocasión de demostrarlo de nuevo con su importante participación en el Cominform, desde el que dirigió la implantación del comunismo -y las oportunas purgas- en Polonia, Hungría y Rumanía.
La muerte de Suslov convierte al Politiburó en un órgano completamente monolítico, monocolor y sin fisuras. La sucesión de Breznev dependerá ahora exclusivamente de sus fieles: el llamado grupo de Dnepropetrovsk, ciudad en la que el actual líder soviético se inició en la política y en la que conoció a la mayor parte de los hombres de los que se ha ido acompafiando durante su acceso y estancia en el poder.
Nadie duda que la desaparición de Suslov señalará el comienzo de una serie de cambios políticos y, sobre todo, económicos, pero también todos los observadores opinan que -como es costumbre- éstos se harán con lentitud.
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