Concedidos los premios nacionales de Música al compositor Joaquín Rodrigo y al arpista Nicanor Zabaleta
"Es un reconocimiento a la constancia, más que a los méritos", dice el autor del "Concierto de Aranjuez"
Joaquín Rodrigo y Nicanor Zabaleta recibieron ayer el Premio Nacional de Música en las modalidades de composición y de interpretación respectivamente. Los premios corresponden al año 1982 y están dotados con un millón de pesetas. El maestro Joaquín Rodrigo tiene 80 años y recibe esta distinción del Ministerio de Cultura por su "continuada aportación a la música española y a su universalidad". Por su parte, en el arpista vasco Nicanor Zabaleta, de 75 años de edad, se premia su labor en pro de la difusión de la música española en el mundo y por "haber ampliado el ámbito del arpa con su obra de intérprete e investigador".
El compositor Joaquín Rodrigo ( Sagunto-Valencia,1902) ha recibido la noticia del Premio Nacional de Música con una alegría moderada, no exenta de cierta ironía distanciadora. "Estoy muy contento" ha declarado, "porque son ya 58 años los que llevo componiendo música. Así que éste es un premio a la constancia y a la labor, más que a los méritos".Ciego desde la infancia, a consecuencia de la difteria, Joaquín Rodrigo celebró el pasado otoño sus ochenta años de edad. La fecha fue motivo para sendos homenajes en Madrid y en Sagunto, su ciudad natal.
El autor del Concierto de Aranjuez, su obra más conocida, considera que su música "se inscribe en la tradición de Pedrés y Albéniz, que llevó a su punto más alto Manuel de Falla. Yo creo que he seguido esta tradición porque esa es la música que me gusta. Yo escribo lo que me gusta y sólo si es así".
"Algunos me han reprochado que yo no haya seguido las directrices de la música moderna, pero ya digo: yo sigo mi gusto personal". "Para que la música guste a los demás, tiene que gustar primero al compositor". Aunque el maestro Rodrigo diga que lo suyo no es moderno, Federico Sopeña ha señalado tres momentos en la composición de Joaquín Rodrigo: el primero, marcado por el Concierto de Aranjuez, de éxito inmediato y singular; el segundo, el del Concierto de Estío y La flor del lirio azul, que Federico Sopeña considera en la línea de Stravinsky, y el tercer momento, el de las canciones que tienen base en la poesía de los clásicos y en el teatro del siglo de oro.
"Seguir esta tradición" dice el maestro Rodrigo, "no ha significado para mí, exactamente, buscar mi inspiración en la música popular española, pero la tradición misma tiene mucho qué ver con ella. Ellos -Pedrés, Albéniz, el propio Falla- se inspiraron en las viejas músicas españolas, en las canciones del siglo XVI, por ejemplo. Albéniz, aunque era catalán, se inspiró mucho en temas andaluces. Yo he seguido un poco esa línea, que no es otra que la línea armónica de mi tiempo, lo que aprendí en París y en España".
Joaquín Rodrigo es seguramente más y mejor conocido fuera de España que aquí. "Bueno", dice riendo, "también me van conociendo en Madrid. Me saludan, me felicitan y hasta me aplauden, como el otro día en un restaurante". Pero sigue grabando fuera y sus últimos estrenos mundiales han sido en Londres. "Si, en Inglaterra me conocen mucho, y en Alemania, y en Francia, y en Estados Unidos... No me puedo quejar".
Homenaje a TurinaEl maestro Rodrigo sigue componiendo. "Acabo de terminar", dice, "una cosa encargada por la Dirección General de la Música para el homenaje a Joaquín Turina, que se celebra este año su centenario, y han pedido unos temas nuevos a varios compositores españoles. Se trata de piezas para piano solamente. Lo mío", sigue diciendo, "son tres evocaciones, tres piezas cortas que se titulan Tarde en el parque, Noche en el Guadalquivir y Mañana en Triana".
Recientemente ha terminado un concierto, Concierto como un divertimento, para violonchelo, que se estrenará en Londres el próximo mes de abril, y una obra para coro y orquesta a partir de temas franciscanos. Con ocasión de su último cumpleaños, y en torno a esta obra, declaró: "Un dia se me llenó la casa de franciscanos. Venían a pedirme una obra con motivo del octavo centenario de san Francisco de Asís, y como yo soy devoto admirador de aquel santo les hice una cosa -sobre himnos suyos".
Josquín Rodrigo se considera a sí mismo como un hombre "de sensibilidad mediterránea, aunque con un fuerte tirón castellano", y en cuantas ocasiones se le han presentado, ha hablado del papel de su esposa, Victoria Karnhi, en su vida y en su creación.
Entre su obra vocal, seguramen te la más dificil y menos conocida, el maestro Rodrigo ha declarado que prefiere partituras como Ausencias de Dulcinea, de la que h
dicho -que "es una de las obras que más me gustan, que más me llenan".
El arte noble de Zabaleta
Nicanor Zabaleta (1907), un artista comprometido a nivel cultural con su pueblo de origen, el vasco, estuvo ilocalizable en su domicilio de la capital donostriarra, que vivió ayer su fiesta patronal de San Sebastian. Entre los grandes de la música española, a la que lleva dedicado medio siglo como protagonista de fama mundial, Zabaleta recibió este año la medalla de oro de Bellas Artes, junto a otras diez personalidades entre las que se encontraban los tambien músicos Cristobal Halffter, Samuel Rubio, Alfreso Kiraus y Mariernma.
Una técnica perfecta
Formado en Madrid con Vicenta Tormo y en Paris con Tournier, Nicanor Zabaleta ha contribuido de una manera destacada, a la evolución y perfeccionamiento de la técnica del arpa, llamando desde muy pronto la atención de grandes compositores, que escribieron para él páginas de importancia. Basta con citar, por ejemplo, los nombres de Darius Milhaud, He¡tor Villa-Lobos, Alberto Ginasterra, Jean Michael Damase y el propio Joaquin Rodrigo.
Pero Zabaleta no es sólo un virtuoso de su instrumento, sino un músico en toda la extensión de la palabra. Dotado de una fina sensibilidad musical y de un temperamento de intérprete de primer orden, el arpista vasco es, como de él ha dicho el poeta Gerardo Diego, "uno de esos excepcionales artistas a los que hay que poner como término de comparación o dechado inigualable cuando se trate de instrumentistas". Y ello porque a la fuerza de su origen, a su tempe ramento, une las características de la escuela francesa, en la que tam bien se formó en su juventud. Er definitiva, temperamento y sensi bilidad, pulsacion robusta y depu rada, mecánica y buen gusto.
Ganador de numerosos pre mios, autor de varias grabaciones discográficas, Nicanor Zabalet ha recorrido los principales esce narios musicales del mundo y tocado como solista con las mejores orquestas.
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