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Una brigada salvadoreña recibe entrenamiento antiguerrillero en EE UU

Sesenta soldados salvadoreños han iniciado en Fort Bragg, en el Estado norteamericano de Carolina del Norte, un curso de entrenamiento en lucha antiguerrillera, que en los próximos meses se hará extensivo a un contingente de 1.600 hombres. Este nuevo plan de cooperación militar entre la Administración que preside Ronald Reagan y la Junta dirigida por José Napoleón Duarte ha sido contestado con manifestaciones en las más importantes ciudades estadounidenses.

Mediante estos cursos de entrenamiento, a los que Estados Unidos ha asignado un presupuesto de dieciocho millones de dólares (unos 1.800 millones de pesetas), se pretende crear una brigada de choque que pueda sumarse a la brigada Atlacatl, preparada en territorio salvadoreño por los asesores, norteamericanos.Los combatientes encuadra dos en la brigada Atlacatl constituyen una fuerza de élite, -que en cada ocasión es aerotransportada a las zonas de mayor conflicto. La extensión de la guerra civil a cuatro frentes ha, impedido que esta unidad de choque pueda estar presente en todos ellos, y ha obligado a la Junta a entrenar nuevos soldados, esta vez en territorio estadounidense.

La llegada del primer grupo de soldados salvadoreños ha movilizado contra esta iniciativa a personas que en su día se distinguieron por su activismo contra la guerra de Vietnam. A juicio de ellas, lo que ocurre en Fort Bragg demuestra que la Administración Reagan vuelve a las andadas.

Ayuda militar

Al margen de los dieciocho millones destinados a entrena miento militar de las tropas sal el Gobierno estadounidense ha destinado otros 140 millones de dólares (unos 14.000 millones de pesetas) para ayuda militar directa a la Junta Militar, multiplicando por cuatro el presupuesto destinado a este fin el pasado año. "Envíen alimentos, no bombas", ha sido la contestación de los grupos pacifistas.Esta intensificación de la ayuda militar norteamericana pretende impedir que la guerri lla pueda extender su zona de influencia, al menos, durante los dos meses y medio que faltan hasta la celebración de las elecciones para una Asamblea constituyente.

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