_
_
_
_
_

Sintomas de vacilación en el Ejércíto polaco

Tres semanas después de la instauració del estado de sitio hay numerosos signos de una cierta vacilacion en las filas del Ejércíto polaco, que patrulla el país junto con la milicia y las fuerzas especiales de seguridad.

El malestar de los jovenes reclutas y de bastantes oficiales requeridos, por primera vez en la historia de Polonia, para "ocupar" su propio país, es profundo, según testimonios recogidos en Varsovia y llegados a la AFP en París.Oficialmente, por supuesto, todo va sobre ruedas: las autoridades no cesan de reiterar el completo éxito de las operaciones desencadenadas el pasado 13 de diciembre, y de subrayar la estrecha coordinación entre militares y policías. Pero la realidad es bien distinta.

Desde el comienzo del golpe de fuerza se vio rápidamente que el poder no podía comprometer a fondo al Ejército en las operaciones violentas de limpieza de los "focos de resistencia", que han sido "pacificadas" por las tropas de choque de las milicias. Ellas fueron las que dieron el asalto a la mina Wujek, de Katowice, en Silesia, matando a siete mineros, según el balance oficial.

Hasta ahora el Ejército se ha limitado a participar en las operaciones de acordonamiento, muy a menudo sin gran entusiasmo, cuando no con reticencia. En Gdansk, las primeras jornadas del estado de sitio dieron a lugar a inicios de fraternización entre los militares y la población, que pegaban sonrientes pegatinas de Solidaridad sobre los blindados y ofrecían bocadillos, tabaco y bebidas calientes a los soldados. Este fenómeno pareció lo suficientemente inquietante a las autoridades para que desplazaran una unidad entera de la ciudad báltica.

También en Varsovia, los corresponsales de la Prensa occidental, a quienes se prohíbe abandonar la capital, han podido darse cuenta de la vacilación de la tropa. En la manifestación de estudiantes del 17 de diciembre, violentamente dispersada por la policía en la plaza de la Victoria, los militares, se inantuvieron en un segundo plano. Encargados de acordonar la zona, los soldados dejaron escapar de la milicia a gran numero de manifestantes

En plena avenida Marszal kowska, en el corazón de Varsoyia, un boletín clandestino de Solidaridad pudo ser digtribuido sin problemas, en la cara de las patrullas militares, que incluso llegaron a cambiar de acera para no intervenir.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_