Rumores alarmistas y falta total de suministro eléctrico sembraron el pánico en Andalucía
A las tres de la tarde de ayer todas las provincias andaluzas, excepto Huelva, se encontraban sin luz, según comunicó la Compañía Sevillana de Electricidad, que calificó la avería de «muy grande». Los vientos huracanados y las fuertes lluvias produjeron múltiples problemas, desprendimientos y embotellamientos en el tráfico. Junto a las lógicas incomodidades y accidentes, dos alarmas sembraron la tensión: en Málaga una supuesta amenaza de llegada de un ciclón del Estrecho obligó a las autoridades a desmentirla reiteradamente por la radio; en Sevilla, fue la Jefatura de Protección Civil la que negó veracidad a los rumores de huracán.
En esta última ciudad, el viento alcanzó durante la mañana los 108 kilómetros por hora en la capital, y en algunos pueblos de la provincia, como Morón de la Frontera, llegó hasta los 120. Arboles, farolas, cornisas y techos fueron derribados por el vendaval, dañaron vehículos e interrumpieron la circulación. La capital permaneció sin luz durante varias horas y algunas localidades quedaron incomunicadas por teléfono.Hacia el mediodía se produjo una situación de semipánico y las emisoras de radio y centros oficiales vieron bloqueadas sus centrales telefónicas ante la difusión de rumores sobre un presunto huracán que iba a acercarse a la ciudad en las horas siguientes. En ese momento, la jefatura de Protección Civil, desmintió a este periódico tal eventualidad.
Se produjeron hundimientos parciales de viviendas y aparecieron grietas en numerosos edificios. En la calle de Arrayán el viento se llevó toda la techumbre de una casa. La anciana que la habitaba se negó a desalojar su vivienda. En el barrio de la Huerta volaron el 90% de las cornisas. También se registraron desperfectos en la iglesia de San lldefonso.
En el barrio E del polígono de San Pablo se desprendió la fachada de dos de las plantas de un bloque de doce, construido en 1968. Los vecinos desalojaron las 48 viviendas del edificio.
A partir de las 8.30 horas se produjeron cortes en el suministro de energía eléctrica en Triana, San Jerónimo y en los polígonos industriales Store y Calonge, así como en varios pueblos de la comarca del Aljarafe. Pasadas las 13.30 horas, Sevilla capital se quedó sin luz. Hubo numerosos casos de personas atrapadas en el interior de ascensores y se interrumpieron los programas de las emisoras locales. La Policía Municipal tuvo que hacerse cargo de la dirección del tráfico, al dejar de funcionar todos los semáforos. Los restaurantes aparecían iluminados con velas.
En el aspecto positivo hay que indicar que el alcalde sevillano, Luis Uruñuela, anunció ayer una nueva ampliación del horario de suministro de agua a la ciudad, gracias a las últimas lluvias. A partir del 2 de enero, el abastecimiento se iniciará a las siete de la mañana y se interrumpirá a las seis de la tarde de cada día.
Frente ciclónico en Córdoba
Ninguna de las fuentes consultadas por EL PAÍS en Córdoba pudo dar una explicación concreta de las causas del gran apagón que se produjo a las 13.50 horas de ayer y que mantuvo sin servicio a toda la provincia hasta las 16.00 horas, en que se restablecieron los suministros de energía de las líneas de alta tensión de 220.000 y 122.000 voltios a las subcentrales de transformación de la Compañía Sevillana de Electricidad. Después de esta hora y hasta la noche, averías locales tenían prácticamente a oscuras a casi toda la provincia, a excepción de la capital.Ni el Gobierno Civil, que trataba de averiguar las causas, ni los servicios técnicos de la propia Compañía Sevillana disponían de datos explicativos. Ingenieros de esta última empresa señalaron que las causas eran extraprovinciales y que Córdoba recibe desde Puertollano la conexión a toda la red de intercomunicación nacional. Los ingenieros ignoraban en qué puntos o circuitos pudo producirse la anomalía.
El temporal en Córdoba revistió una violencia desconocida en los últimos diez años. A las 11.25 horas se registró la mayor velocidad del viento, al atravesar Córdoba un frente ciclónico de más de 120 kilómetros por hora. Como consecuencia de este frente de viento y el padecido hace dos días y las lluvias caídas, que son ya del orden de 122,2 litros por metro cuadrados desde que comenzó el temporal el día 9, se produjeron numerosos, aunque no graves, siniestros. Caídas de tapias, balcones, aleros, la voladura de seis o siete tejados de los bloques recién terminados por Dragados y Construcciones en el polígono Miralbaida, el arranque de cuajo de numerosos árboles del parque Cruz Conde y calles de la ciudad.
La circulación de rumores catastrofistas fue la nota principal de la jornada de ayer en Málaga. A las cinco de la tarde, cuando aún no se había restablecido el servicio eléctrico, cortado desde la 1.45 horas, se consideraba inminente la llegada de un ciclón proveniente del Estrecho. El rumor se extendió rápidamente por toda la ciudad y la provincia y fue necesario que las autoridades tranquilizaran a la opinión pública a través de Radio Popular, la única emisora que podía funcionar.
El servicio eléctrico se restableció a partir de las seis de la tarde, si bien a las siete aún estaban sin luz las zonas de Marbella y Ronda.
La enorme cantidad de agua caída en los últimos días, después del, largo período de sequía padecido, no fue causa directa o indirecta del terremoto que atemorizó, a las ocho de la tarde del martes, a gran parte de la población de Granada y varias localidades de su cinturón de la Vega del Genil, según declararon ayer a EL PAÍS miembros del observatorio astronómico de Cartuja, perteneciente a la Universidad. Hasta el momento no se tienen noticias de desgracias personales ni daños materiales de importancia a consecuencia de la sacudida, que alcanzó una densidad de cuarto grado en la escala Mercalli modificada.
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