No hubo demasiadas raíces civiles en el 23-F, según Rosón

Con los datos de que dispone el Ministerio del Interior no se prevé que se produzca un nuevo 23-F, «pero, en todo caso, este Ministerio y el de Defensa están trabajando para impedir que esa posibilidad se pueda realizar». Así lo afirma el titular de la cartera de Interior, Juan José Rosón, en declaraciones transmitidas ayer por la agencia Efe. El ministro considera también que no hubo «demasiadas raíces civiles» en la intentona de febrero.Rosón ve «muy distante» la posibilidad de un nuevo intento de golpe de Estado, y afirma que «en la medida en que dejemos de estar todos bajo el impacto psicológico del 23-17 habremos generado las defensas sociales frente a cualquier 23 de febrero». Respecto a las afirmaciones de Felipe González, en el sentido de que el fallido golpe de Estado tuvo raíces civiles, el ministro del Interior manifiesta que no hubo demasiadas raíces civiles en la intentona.

«Lo que sí creo es que bastantes civiles, aunque sea un sector muy minoritario dentro de la sociedad y absolutamente insignificante dentro de la clase política, estarían dispuestos a apoyar cualquier intento de un nuevo 23-F. Pero mi impresión personal es que en el 23-F no hubo demasiadas responsabilidades civiles, aunque sí hubiera muchas simpatías civiles de un sector minoritario de la población».

Para el ministro del Interior, el año que ahora termina ha marcado un hito importante en la lucha contra el terrorismo: se ha producido un aumento significativo en el número de detenidos y en la cantidad de explosivos y armas aprehendidas, paralelamente a una disminución de la cifra de atentados y víctimas.

Desde enero a hasta octubre de 1981 fueron detenidas 410 personas por supuestas implicaciones en actos terroristas, frente a 353 del pasado año en el mismo período de tiempo. También se han recuperado 621 kilogramos de Goma 2 y 268 armas, en lugar de los 189 kilos de Goma 2 y las 169 armas de 1980.

Para Rosón, la razón de la mejora alcanzada en la lucha contra el terrorismo se debe, en primer lugar, a la «concienciación de las fuerzas políticas, que culminó en el año 1980 con la aprobación de la ley contra el terrorismo», así como al hecho de que la población, y especialmente la del País Vasco y Navarra, alcanzaron el grado máximo de saturación en torno a lo que fue el terrorismo en los primeros meses de 1981. «Por otro lado, no cabe la menor duda de que los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado han hecho un gran esfuerzo y han conseguido penetrar el tejido que rodea a ETA».

Aunque el ministro no afirma que ETA haya terminado ya, sí entiende que existen indicios favorables. Cita entre ellos la tregua de ETA Político-militar, «que coincide con el desarrollo político de un partido que defiende sus mismos planteamientos», junto con la realidad de que la policía ha desactivado muy profundamente el aparato de información de ETA. La masa de población va viendo a los etarras simplemente como criminales, dice Rosón.

Respecto a la extrema derecha, asegura el ministro que este es el tipo de terrorismo en que más se ha progresado, «lo cual no significa que haya desaparecido, porque son grupos aparentemente inconexos, sin una infraestructura definida.