El Gobierno polaco anuncia el fin de la resistencia de los mineros de Silesia

El Gobierno militar polaco anunció anoche el final del foco de resistencia más importante a la ley marcial implantada el pasado día 13, al informar, a través de Radio Varsovia, que los 1.034 mineros de la mina Piast, en Silesia, ponían fin a la huelga y comenzaban, a las seis de la tarde (hora de Madrid), a subir a la superficie. La emisora oficial añadió que el comité de protesta se había disuelto y que el trabajo debía reiniciarse esta mañana.

Las primeras sentencias dictadas en Polonia tras el golpe de fuerza de JaruzeIski, dadas a conocer ayer, castigan severamente a militantes de Solidaridad acusados de haber organizado huelgas después de la declaración de la ley marcial. Radio Varsovia, captada en Viena, anunció que el tribunal de Koszalin, en el norte del país, ha condenado a Zdazislaw Beltkiewicz a tres años y medio de cárcel, y a tres de sus camaradas a otros tres años, por «haber continuado, el 14 de diciembre, sus actividades, organizado y dirigido una huelga de ocupación en las fábricas Unitra y Uniteks (de material electrónico) en Bialogard». Las sentencias, dictadas por el procedimiento de urgencia, no pueden ser recurridas.Las autoridades anunciaron también ayer que a partir del día 1 de enero los polacos verán nuevamente reducidas sus raciones de carne y mantequilla, a excepción de los mineros y los trabajadores manuales. El Gobierno, después de haber dicho que habían llegado grandes cantidades de carne y alimentos procedentes de «las naciones hermanas del este europeo», se ve obligado a reconocer que estas cantidades son insuficientes y que no hay divisas para comprar productos alimenticios en Occidente.

El presidente norteamericano, Ronald Reagan, calificó, el domingo, de «negativa» la posición soviética en torno a la crisis de Polonia, expresada por Breznev en una carta recibida el pasado viernes por el Gobierno norteamericano. Sin embargo, la citada misiva no cierra del todo la puerta para ulteriores discusiones.

En el Vaticano, uno de los centros clave para seguir la crisis Polaca, se anunció que el Papa espera recibir un mensaje personal del general Jaruzelski, que se entrevistó la pasada semana durante noventa minutos con el enviado especial de Juan Pablo II a Varsovia, el arzobispo Luigi Poggi.

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