_
_
_
_

El "gordo" cayó en Cartagena por primera vez, para repartir sólo la cuarta parte de su importe

"Los trabajadores de Enpetrol llevamos 25 años jugando el 23786; ya era hora de que nos llegaran los millones", dijo ayer a EL PAIS José Serrano Larrosa, el hombre que repartió 750 millones del gordo entre más de 40 familias de trabajadores de la Empresa Nacional de Petróleos, en el valle de Escombreras, a unos siete kilómetros de Cartagena. A mediodía de ayer, la plaza principal del poblado hervía de gente. Serrano, un técnico manual de la unidad de lubricantes, que gana mensualmente 75.000 pesetas, reconoce que le han tocado 60 millones de pesetas. El ha sido el encargado, siguiendo la tradición de la empresa, de comprar los décimos del número al que estaban abonados en la lotería número siete de Cartagena. "Me enteré de que nos había caído cuando estaba repartiendo a domicilio naranjas y vino de mi propia cosecha. Porque yo me ayudo de un huerto que tengo en mi pueblo natal, Beniel, en la huerta murciana. Me encontraba en la barriada José María Lapuerta, en las afueras de la ciudad, cuando cantaron mi número. No me lo creía. Mi mujer aún sigue llorando".

Más información
Un sorteo que pasará a la historia como el del "número 6"

Los vecinos cuentan, sin embargo, que Serrano se ha llevado más de cien millones del gordo, pero que no quiere contarlo. Otro tanto le pasa al carnicero de Enpetrol: le cuesta reconocer los 25 millones que le han caído en suerte. Después de mucho insistir se echa a reír nervioso ante las cámaras y hace votos por la salud de toda su familia. A las tres de la tarde, José Morales Sánchez sigue cortando despojos de carne. "Hay que seguir trabajando; no vamos a dejar a los vecinos sin comer porque hoy sea fiesta...". Su hermana Agustina, la lechera de la barriada, tiene otra participación de 25 millones.La llegada de Manuel y Vicente, hermanos de José Serrano, produce el momento más emotivo de la mañana. Ambos tienen participaciones de 20 millones de pesetas cada uno. El abrazo y los bailes que se dan entre los tres hace correr lágrimas de emoción y nerviosismo. Manuel es encargado de un matadero de aves en Beniel, el pueblo natal de los hermanos Serrano, y dice que ha estado a punto de estrellarse con el coche -tan nervloso venía por el camino-, esperando comprobar sí el número que tenía era efectivamente el del gordo.

La que no para de llorar, encerrada en su casa, es Maria Antonia, de 33 años, mujer de José Caparrós, empleado en el laboratorio de Enpetrol, que tiene una participación de 25 millones de pesetas.

Sin embargo, las personas más modestas, con participaciones "pequeñas", como es el caso de María Donate, 34 años y cinco hijos, son las que se muestran más contentas y desinhibidas. "Me voy a comprar una casa en la playa", exclamó esta mujer, que tuvo que ser sostenida. entre varias personas cuando llegó a la puerta del local de la lotería número siete de Cartagena.

La administración que ha dado el gordo en Cartagena se encuentra en pleno centro de la ciudad, en la plaza Puertas de Murcia, a pocos metros del edificio más importante, la capitanía general de Marina. Poco antes de las dos de la tarde se desmaya un hombre en plena calle, con varios décimos en la mano. Es otro de los agraciados. El nerviosismo a la puerta de María Teresa de Murcia Carlos, la dueña, continúa hasta casi las cuatro de la tarde, en que se despejan los grupos de personas que han permanecido toda la mañana allí. Cada uno va a celebrar su suerte como puede. El comerciante Francisco Checa, dueño de varios establecimientos de confección, se reúne con sus amigos en un cercano pub para tornar un cochinillo. Celebra los 75 millones de pesetas que le han tocado. Junto con Serrano, el lotero de la Enpetrol, Checa es hasta ahora el que mayor pico ha cogido.

Los únicos que ayer se mantenían tranquilos, dentro de la euforía general, son María Teresa, de Murcia; su hija Luisa María y la empleada María del Carmen Ruiz Gutiérrez. "Este número lo venimos recibiendo fijo desde 1910, año en que se creo esta administración para mi padre. Esta vez sólo pedimos once series del 23786, porque preferíamos variar un poco, ofrecer números nuevos. Pero nos ha dado la suerte, porque es la primera vez que damos el gordo de Navidad. En total hemos repartido 2.819.700.000 pesetas". De esta cifra total, 2.750 millones corresponden al número premiado con el gordo. Otros 16 millones, a la centena del número 23781, también repartido por la administración de Cartagena. Igualmente, la administración número siete de esta ciudad repartió el número 19577, al que corresponde el tercer premio, con 1.200.000 pesetas. Una serie completa del número 53986, al que le han caído seis millones de pesetas, así como los números anterior y posterior al gordo, también repartidos por el mismo local, completan la lluvia de millones que ha distribuido María Teresa, de Murcia.

La dueña de la administración número siete de Cartagena reconoce que sus compradores habituales pertenecen en su mayoría a la clase media. "Muchos son gente acomodada, pero aquí viene de todo". Esta puede ser la explicación de que no se haya acercado hasta el local ningún premiado significativo. Los únicos que ayer hacían pública su alegría eran los trabajadores de lo que en Cartagena se conoce como la refinería.

Curiosamente, en la terminación del gordo premiado en Cartagena, es decir, el número 86, es conocido popularmente, por los ciegos que vocean los décimos por las calles, como "el número de la mierda". A propósito de esta casualidad, los empleados de Enpetrol proclamaban "que hay que ver qué buen olor tiene este número".

Quienes también estaban ayer de enhorabuena eran los procesionistas cartageneros. En total se calcula que son alrededor de 53 millones de pesetas los que se han llevado las dos cofradías más importantes. La peña del Paso de San Juan y la de el Paso del Prendimiento, ambas de la cofradía de los californios, reúnen 48 millones. A su rival, la cofradía de los marrajos, le ha correspondido cinco millones, a través de los amigos del Paso de la Agonía.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_