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Reportaje:

Un sorteo que pasará a la historia como el del "número 6"

Las personas presentes en el que pasará a la historia como "el sorteo del 6" no tuvieron tiempo de nada, ya que a las 9.08 horas, cuatro minutos después de iniciada la caída de la primera bola, los niños Enrique Pérez y Luis Joglar tapaban por primera vez los alambres como señal de que tenían en sus manos uno de los premios importantes. El 27676, premiado con 125 millones de pesetas a cada una de sus cuarenta series, hizo que el público, parte del cual se acababa de sentar, se levantara de sus asientos al tiempo que aplaudía al premio más madrugador.Antes de que terminara la primera tabla, los mismos niños habían cantado dos premios de seis millones de pesetas, que correspondieron a los números 22390 y 62943, lo que hizo pensar que los grandes premios saldrían este año en las primeras tablas. Esta impresión aumentó cuando a las 9.48 horas, en la segunda tabla, los niños Luis Miguel Patiño y Enrique Polo cantaron el tercer premio, que correspondió al número 19576.

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Minutos después, ya fuera del salón, Ricardo Vázquez, que dio a la manivela para que saliera el premio, expresaba su alegría por haber sacado la bola, y Enrique Pérez, que había cantado el número premiado con el segundo premio, informaba a los periodistas que, al igual que sus tres compañeros de equipo, era su último año de sorteo. Preguntado sobre si esperaban algún regalo de los afortunados, Enrique se limitó a contestar que todos tenían una cartilla de ahorros por si les daban algo."El pasado año, los cuatro que estábamos en el equipo recibimos 25.000 pesetas cada uno. Creo que la cantidad máxima que han llegado a dar ha sido 125.000 pesetas".

Posteriormente se cantarían los dos premios de veinte millones de pesetas y los dos restantes de seis millones. A las 10.41 horas los asistentes al salón oían cantar el número 36896, premiado con veinte millones de pesetas, y diez minutos después se cantaba el 17681 al que le correspondió, en el bombo de los premios, seis millones de pesetas.

Un error del funcionario que tenía que poner en la pizarra el 36896 motivó el abucheo de una parte del público, ya que, por equivocación, se le quería asignar un premio de seis millones en vez de los veinte que le habían tocado.

La lista de premios, a falta del gordo, se completó con otros dos: uno de seis millones de pesetas, cantado a las 11. 12 horas, que coorespondió al número 27096, y el que quedaba de veinte millones, que fue extraído a las 11.23 horas y que fue adjudicado al número 15960.

Retraso del "gordo"

A pesar de la salida de éstos, el ambiente entre el público presente sufrió los efectos del retraso del gordo. En el salón de loterías, a diferencia de otros años, había asientos para todos los espectadores y se notaban señaladas ausencias en el gremio de loteras.

Algunos asistentes llegaron a iniciar un partido de balonvolea con un globo. Tras sucesivos toques, el improvisado partido terminó cuando uno de los empleados del salón bajó al patio de butalcas para llevarse el balón palmealdo y cabeceado ante el regocijo de los jugadores.

El grupo de loteras, por su parte, esperaba con expectación la sailida del gordo, ya que, hasta entorices, la suerte no había beneficiado en exceso a Madrid. Sólo cinco administraciones de lotería de la capital habían repartido premie,s y, excepto en un caso, se habían limitado a vender una de las cuarenta series de cada número.

Entre las representantes de las administraciones de lotería no se veía este año a algunas lotera,s desde hace muchos años asiduas a este sorteo. Las quince loteras que se encontraban en el salón de soirteos mantenían, sin embargo, que su presencia haría que el gordo ca

Un sorteo que pasará a la historia como el del 'número 6'

yera en la capital de España. Sobre la posibilidad de que en los próximos años el sorteo extraordinario de Navidad no se realice de forma tradicional, sino por el sistema moderno, las loteras, unánimemente, manifestaron que la lotería perdería emoción tanto entre el público como entre todos los que viven de este juego,Sobre las 11.52 horas, 39 minutos antes de que se acabará el sorteo, y cuando ya los oídos estaban acostumbrados a la musiquilla de las 125.000 pesetas, los niños encargados de la octava tabla, Martín Belmonte, Jesús Gil, Carlos Pérez González y Antonio P4avas de Pedro hicieron que el público volviera a ponerse en pie, esta vez para no sentarse. El sorteo había concluído. El gordo acababa de ser cantado y los 250 millones de pesetas por serie iban a aumentar la nómina de millonarios españoles. El número, un 23786, con la misma terminación que la del gordo del pasado año, corroboraba la racha del seis, ya que, de los nueve primeros premios, cinco, habían tenido esa terminación, en contra de todos los pronósticos que hablaban de una terminación impar para el primer premio de este sorteo.

El "gordo" ha terminado veintiuna veces en 6

Con el número agraciado en esta ocasión, son ya 21 las veces que el gordo de Navidad lia terminado en seis, siendo el tercer año consecutivo que termina en esta cifra, ya que en 1979 el número premiado fue el 40286 y el año pasado correspondieron los 250 millones de, pesetas al 60076.

La alegría motivada por la salida de este premio fue ligc:ramente apagada cuando las pantallas de televisión situadas en la stia informaron que había sido distribuído en Cartagena y que una parte se había quedado en la reserva. Posteriormente se supo que en ésta se habían quedado treinta de las cuarenta series, por lo que llacienda no tenía que repartir los premios correspondientes a estas series.

"Creíamos que ya no salía en nuestra tabla. Estábamos en el penúltimo'alambre y ya pensábamos que saldría en la próxima,"manifestó Jesús Gil. Carlos Pérez, muy serio, constestaba que dejaba a la conciencia de cada uno de los ganadores lo que tenía que hacer, y Antonio Navas informaba que ni él ni sus compañeros tenían conocidos en Cartagena ni jugaban un décimo que terminara en seis.

Entre pregunta y pregiinta, algún compañero del co.legio se acercaba para darles la mano . La pequeña competitividad que, año tras año, existe entre los equipos quedaba zanjada, al menos, en esta ocasión.

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